6 ene 2021

DE LA CUESTIÓN Y DELPUÑETERO ORIGEN DE LA CUESTIÓN

 

 

Vaya por delante que este Post sólo es un cúmulo de reflexiones sobre esa quimera diaria de procurar estar al tanto de la información.

Por ello les cuento que, a los pies del Himalaya -en China- se ubica región de Yunnan; la China menos conocida, rica en minerales y otras cuestiones que no hacen al caso. En Yunnan (que es más grande que Alemania o Japón y pelín menor que Paraguay) se encuentran localizaciones tan dispares como Shangri-La -(James Hilton y sus Horizontes perdidos) con el gran monasterio tibetano de Sumtseling (s. XVI, ‘el Potala de Yunnan’) que a menudo es comparado con el palacio de Lhasa- y, aquí es donde voy, una vieja mina de cobre, abandonada, en Mojiang (que también es un rincón grande como un disgusto).


Este primer lunes de enero, el portavoz chino del Ministerio de Asuntos Exteriores Hua Chunying volvió a sacar a la luz a Matthew Pottinger, asesor adjunto de Seguridad Nacional de los EE.UU. que desde junio -recordemos- viene diciendo que este virus tiene su origen en la manipulación de otro hallado en abril de 2012 en trabajadores de una antigua mina de cobre fallecidos por una neumonía que, si en un principio se apuntó a fúngica, resulto de origen viral. Pottinger dice que se escapó del laboratorio de Wuhan, donde ‘trabajaban’ con el virus primigenio hallado tanto en murciélagos como en los mineros muertos. Para los chinos, “se trata de una mentira sobre un rumor de baja calidad” (del comunicado oficial).


Y en occidente llevamos ya una semanita dándole cuerda a la cuestión: un equipo de Associated Press que se fue a comprobar la veracidad de la cuestión a China fue interceptado en Mojiang y no ha podido sacar conclusiones fuera del país.
 Desde China se limita la información, se impide el acceso y se cuestionan las informaciones. ¿Esa mina encierra el origen de la cuestión? Varios Medios han referido la cuestión en los últimos días de 2020; en el argentino Clarín se puede leer sin las complicaciones de la lengua de Chéspir).



La OMS, el etíope Tedros Adhanos, colgaba un tweet en la tarde de ayer martes mostrando su decepción por los retrasos en los permisos de entrada para quienes tienen que ir a China a “encontrar” el origen del SARS CoV2 este de las narices que muta y remuta. Ahora sabemos -la cepa inglesa- que el aminoácido 501 (en realidad un cambio de aminoácidos en la posición 501: asparragina por tirosina) tiene una mayor interacción molecular con el receptor ACE2 (la enzima que le abre la puerta a la célula al virus para que infecte a sus anchas), lo que ha disparado los contagios.

Y necesitamos cuanto antes tener todas las claves del virus y posibilitar que las vacunas actúen en consecuencia. Gracias a las vacunas ya hemos erradicado del planeta varias enfermedades. Hay que trabajar en ello.

Y respecto ‘ar bisho’ que nos ocupa, un hecho que parece cierto -y mientras los chinos sigan así irán engordando más, hasta quedar requeteprobado- es que en abril de 2012 una neumonía acabó con la vida de tres o cuatro mineros -o exmineros (no se nos ponen de acuerdo)-; atacó a media docena, pero los dos más jóvenes la superaron sin problema. Y, hasta ahí, poco más del asunto.

¿Trabajaron los chinos con ese virus?

Sobre esto ya hay más literatura que en los 21 kilómetros de estanterías de la Barnes & Noble, frente a Union Square, de Nueva York. Artículos y papers por doquiera que busquemos.

Han entrado en el cuerpo a cuerpo de la información científicos y personajes del nivel de George Gao Fu (Centro de Control y Prevención de enfermedades chino), Shi  Zeng-Li (viróloga de Wuhan, llamada por los entendidos Batwoman), Monali Rahalkar (microbióloga del Aghakar Research Inst.), David Relman (Stanford College of Medicine), Alina Chan (bióloga del Inst. Broad, del MIT, y de la Univ. de Harvard), Jonna Mazet (Univ. California-Davis), Linfa Wang (Escuela Duke-NUS, de Singapur), Bi Yuhai (Academia China de Ciencias), Alexander S. Kekulé (Inst. de Bioseguridad de la Univ. Martin Luther King, en Halle-Wittemberg), el genetista israelí Ronen Shemesh, Nicola Petrovsky (Facultad de Medicina de la Univ. Flinders, en Adelaida, Australia), Ruan Jishou (Univ. Nankai, de Tianjing, Li Hua (Univ. de Huazhong, en Wuhan), Declan Butler (periodista científico de Nature) y muchos más -que obvio para que esto no parezca un listín telefónico- para dejar claro que unos por otros, la casa sin barrer.

Entre los chinos, ganas de confundir; muchas. Que si con el nombre que identifica al virus primigenio, para complicar la investigación; que si con el paciente cero (del mercado), que si con la paciente cero (del laboratorio de Wuhan, de la que se procura no hablar), que si tapatín, que si tapatán. Siempre, excusas de mal pagador. Pero es que hay tanta gente investigando por en medio que al final el virus ‘primigenio’, lo llamen como lo llamen, ha quedado identificado y ese más del 96% de coincidencia pesa mucho. Luego, con las fechas, los chinos han seguido enturbiando. Aclarado y aceptado (más o menos) lo de abril de 2012, resulta que desde 2015 han ‘estado trabajando’ con él -con ‘er bisho’- en el laboratorio de Wuhan. Esos trabajos parece que han tenido como denominador común aquello de “infectar más y mejor las células humanas”. ¿Para qué? Pues parece que “para establecer -o anular- el llamado ‘eslabón perdido’ trabajando en ‘el sitio de escisión de la furina”. La furina es una proteína (que todos llevamos ‘de serie’) que le facilita al virus el camino infectivo.

El caso es que con lo que se cree que era el virus del murciélago de la mina de Mojiang y un virus viable recreado a partir de un genoma sintético para estudiarlo bien han creado al monstruo que se escapó; y no cuando ellos dicen. Lo de la cajita de pescado congelado que les llegó de fuera (Dr. Bi Yuhai) es ya de chiste cuando pesa mucho la cuestión de si “la recombinación del virus fue inadvertida o consciente”. Se les ha ofrecido esa salida a los chinos, pero es que niegan la mayor a pesar de que ya en 2013 informaron de la capacidad del virus con el que trabajaban en Wuhan de infectar a humanos a través de la ACE2 que es la misma clave que utiliza ‘er bisho’.

Total: que sin dejar operar al equipo de periodistas que fue allí a investigar e impidiendo la llegada del equipo de médicos de la OMS, pues… verde y con asas, alcarraza.

De momento, por aquí, esperando que aprueben la vacuna de Moderna, que la fabriquen (acabado y llenado de los viales) los de Rovi (en Madrid) y tengamos un plan en condiciones para inyectarla.



Da cuenta hoy El Economista de un estudio de Boston Consulting Group donde se dice que “España ha sido el último gran país en preparar una campaña de vacunación y en adoptar una estrategia clara”. Da cuenta El Mundo, hoy también, del particular reparto de dosis: ¿Por qué Cataluña, con el 15’9% de los mayores del primer grupo de vacunación, concentra el 16’8% de las dosis y Madrid, con el 13’1, recibió el 12’4?; ¿O la Comunidad Valencina, con el 10’7% de los mayores, el 8’5% de las dosis? ¿Tiene esto una explicación?, pues que nos la den.



Yo es que me acuerdo de que en una mañana nos vacunaban a todo el colegio; y en La Inmaculada de Alicante éramos un montón. Y en la mili, a dos bandas, se hacían todo un CIR en una sentada. ¿Cómo se puede tardar tanto en hacerlo?

Hoy sabemos que difteria, tétanos, tosferina, poliomielitis, sarampión, rubeola, parotiditis, varicela y papiloma humano son enfermedades -varias de ellas víricas- que se considera que han sido erradicadas. La Viruela, también; era la gran enfermedad infecciosa del planeta y desde el 8 de mayo de 1980 la OMS la considera erradicada. Hay vacuna hasta para la gripe. Desde que en 1948 se instaló en Londres el Centro de la Investigación de la gripe (WIC) hasta el desarrollo de la Red de Vigilancia Mundial de la Gripe (GISN) ha pasado mucho tiempo y se ha conseguido una vacuna que, aunque no la ha erradicado (aún), todos reconocemos que es eficaz. ¿Y si entre todos aplicamos un poquito de por favor -¡Oído, China!- y conseguimos toda la información para atacar eficazmente ‘er bisho’?

Por cierto, que la apuesta española por la vacuna, a través de los trabajos del CSIC, parecen bien posicionados, aunque tardarán un poco. Un virión sintético (un virus creado en laboratorio y sin capacidad de reproducirse al introducirse en una célula) dará el pego y combatirá al SARS CoV2 de las narices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario