24 dic 2022

NO, SI CUANDO EL RÍO SUENA... A PROPÓSITO DEL COVID...

 

Teníamos prevista una cervecita prolongada de mediodía para felicitarnos la Navidad en el Día de ‘lo importante es la Salud; y que dure hasta el sorteo del Gordo de Navidad del año que viene’ y la hemos tenido que posponer por aviso a un cercano de positivos de entorno familiar. Si, es que ‘er bisho’ no se ha ido.

Y nos hemos fastidiado; cada mochuelo a su olivo y a preparar la Nochebuena con acopio de tests.

Malo, sí; pero en China lo llevan peor.

El jueves, Iker Jiménez -Horizonte- nos ilustraba y ponía el dedo en la lacerante llaga china. El paraíso comunista tiene estas cosas y en el resto del mundo seguimos sin respuestas. Los chinos van al despiste con Taiwán y no han querido averiguar -porque la conocen- la partida de nacimiento del virus este de marras; aunque por libre, se sigue investigando.

Yo me mantengo -erre que erre- en mis trece y en la hipótesis que ya he trasladado en otros posts de un virus manipulado que salió de un laboratorio en Wuhan. Ahora destaco que ha sido por falta de seguridad y de personal especializado; hipótesis que cobra cada día más protagonismo… homo homini lupus est[1]

Si ya lo dijo Trump…

¡Cielos!, nunca imaginé que pudiera decir de él una cosa tan positiva, pero Donald Trump soltó aquello de Kung flu (gripe Kung) para señalar a China como origen del problema SARS-CoV-2; Covid-19.

Kung Flu… ¿Se acuerdan de David Carradine, el monje shaolín[2] Kwai Chang Caine en busca de Danny Caine por el Far West? Yo, me acuerdo hasta del maestro Po, que le llamaba “pequeño saltamontes”. Aquello sí era Kung Fu; sin la “ele”. Me hago mayor.

Pero volvamos a China desde sus antípodas. El Senador por Carolina del Norte, Richard Burr, ha publicado un informe (An Analysis of the Origins ofcthe COVID-19 Pandemic. Interim Report)[3] que señala la manipulación humana del virus (en cuestión) en el laboratorio (de Wuhan) de “donde se escapó”.

Y hasta se señala en el informe la fecha en la que desde el WIV advirtieron a las autoridades del Partido Comunista Chino de lo sucedido: el 12 de noviembre de 2019, a través de un e-mail y desde el laboratorio BSL-4 en el Wuhan Institute of Virology (WIV). Se contaba en el mensaje un sucedido: “una violación de bioseguridad”, por carecer de salvaguardas de biocontención “para la contención de un virus respiratorio en aerosol” (como el SARS-CoV-2), leo en el informe provisional.

Siete días después, el 19 de noviembre de 2019, los mensajes ya hablan de una “situación compleja” y se barajan soluciones, para lo que se pide “un incinerador” y “mejoras de filtros HEPA”.

En días sucesivos se solicitan “dispositivos mejorados para contener gases peligrosos dentro de la cámara biológica” y “desinfectantes que fueran lo suficientemente efectivos para matar patógenos peligrosos sin corroer el metal”.

Vamos que, pasar… lo que se dice pasar… ¡algo pasó en el WIV!

Hay una frase del relator epistolar de los hechos, traducida al inglés -¡claro!, a ver, si no, como la entiendo yo-, que me encanta: “We didn’t see it coming. We did the best that we could to deal with the problema”; “No lo vimos venir. Hicimos lo mejor que pudimos para solucionar el problema”. ¿Huele a triste y derrotada confesión? Para mí, que sí.

El WIV tiene dos campus -Xiaohongshan, el más antiguo, y Zhengdian, con el laboratorio de nivel de bioseguridad 4 (BSL-4)- y en su conjunto está cerca del famoso mercado de mariscos al que han echado la culpa.

Esto es como lo de aquel ‘flecha’[4] en un campamento que en la cama se meó y tan grande fue la meada que un barco allí naufragó, por lo que el 21 de noviembre el Dr. Ji Changzheng, que era (no tengo tiempo ahora mismo para averiguar si aún lo es) director de seguridad tecnológica y protección de la Academia de Ciencias de China se planta en Wuhan, para abordar una “situación compleja y grave”.

Leo por ahí -hay más fuentes- que en marzo de 2020 una veterana periodista del South China Morning Post informó que tras revisar los datos internos del gobierno chino sobre los primeros casos de COVID-19, del 17 de noviembre de 2019 hay una anotación de un paciente, varón, de 55 años en la provincia de Hubei, donde se encuentra Wuhan.

Eso fue solo cuatro días antes de que el Dr. Ji Changzheng llegara al WIV, con instrucciones urgentes de los niveles más altos del gobierno de China en plan fontanero.

El informe destaca, como argumento de que conocían al ‘bisho’ con detalle, la rapidez con que algunos equipos desarrollaron vacunas en China. Otra cosa es su eficacia. Pone el ejemplo del equipo de un virólogo militar llamado Zhou Yusen.

Y califica el informe de “inusual” el que hasta dos equipos militares chinos desarrollasen vacunas COVID-19 con tanta diligencia y tino; incluso con mayor celeridad que las principales compañías farmacéuticas que formaban parte de la Operación Warp Speed[5] del gobierno de los EE. UU.

No cabe duda de que los virólogos militares chinos tuvieron acceso a la secuencia genómica del virus en el mismo mes noviembre de 2019, semanas antes del reconocimiento oficial de China de que el virus estaba circulando.

Tanto el informe como otras fuentes -hay un trabajo publicado por Vanity Fair y ProPublica[6]- plantean que en China no ataban los perros con longanizas y tenían sus deficiencias en las cuestiones estatales. Recuerdan que en 2002 hubo un brote de coronavirus SARS[7] y China trató de ocultar el problema. Cuando eso se volvió imposible, minimizó la gravedad, afirmando falsamente que la epidemia estaba bajo control. Mientras tanto, en dos incidentes separados en 2004, el SARS se filtró accidentalmente de un laboratorio superior en Beijing y provocó pequeños brotes.

El caso es que con ‘er bisho’ sabemos que en la madrugada del 1 de enero de 2020 las autoridades de Wuhan cerraron el mercado mayorista de mariscos de Huanan después de identificarlo como el sitio del primer grupo de infecciones por SARS-CoV-2 del mundo. Se llevaron todo lo que allí estaba y desinfectaron las instalaciones. Un equipo de epidemiólogos pasó días recolectando muestras que sólo ellos han podido analizar. Dos años después, el 25 de febrero de 2022, un equipo de investigadores del Chinese Center for Disease Control and Prevention publicó una comunicación donde señalaba que, de los 457 hisopos tomados de 18 especies de animales en el mercado, ninguno contenía evidencia del virus. Y lo que más llama la atención: el virus se encontró en 73 hisopos tomados en el entorno del mercado, todos vinculados a infecciones humanas. Y aunque algunos vendedores de mariscos y hortalizas en el mercado dieron positivo, ninguno de los vendedores de los puestos de animales lo hizo. ¡Toma misterio!, para Hércules Poirot.

Pero hay más. Valentin Bruttel, inmunólogo molecular de la Universidad de Würzburg en Alemania; Alex Washburne, biólogo matemático de Selva Science; y Antonius VanDongen, farmacólogo de la Universidad Duke, han presentado un novedoso enfoque a la cuestión y evaluado la génesis del virus SARS-CoV-2 desde un ángulo completamente nuevo.

Bruttel, Washburne y VanDongen estiman que las probabilidades de que un virus como el SARS-CoV-2 surja naturalmente son escasísimas. En su contra, señalemos, que únicamente han tenido en cuenta una variable técnica; que hay muchas más. Los autores también destacan haber observado una concentración de mutaciones “extremadamente improbable en los coronavirus salvajes y casi universal en los virus sintéticos”. Y reducen la estimación a “una probabilidad entre 100 millones de que el SARS-CoV-2 sea un virus natural si se tienen en cuenta estas mutaciones”. El SARS-CoV-2 es una anomalía, más probablemente un producto del ensamblaje del genoma sintético que de la evolución natural[8].

En plan científico, de leer el texto, resulta que el SARS-CoV-2 es único entre los sarbecovirus por tener un sitio de escisión de la Furina[9] (FCS) entre las subunidades S1 y S2 de la proteína Spike[10]. Los estudios in vitro han encontrado que el FCS es clave para la patogénesis del SARS-CoV-2.

Los autores concluyen que el SARS-CoV-2 se ensambló en un laboratorio utilizando métodos comunes para ensamblar virus, pero no entran a especular sobre la pregunta clave: ¿de qué laboratorio escapó el virus?

Sin la cooperación del gobierno de China, no podremos saber exactamente qué sucedió -o no- en el WIV, o qué circunstancias desataron el SARS-CoV-2. Pero… verde y con asas… ¡¡¡alcarraza!!!

 

 


 

[1] “El hombre es un lobo para el hombre” es una frase utilizada por el filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651) para referirse a que el estado natural del hombre lo lleva a una la lucha continua contra su prójimo

[2] El monasterio de Shaolin ('El monasterio del bosque joven o nuevo') es un templo budista, situado en la provincia China de Henan y famoso por su relación con el budismo chán (zen) y la conexión con las artes marciales de China. Es, probablemente, uno de los monasterios budistas más famosos en Oriente; conocido más por el arte marcial o Shaolin Chuan ('Puño de Shaolin'), también llamado Shaolin Wushu o Shaolin Kung Fu que por el propio budismo

[4] Joven integrante del Frente de Juventudes: Flechas (de 10 a 13 años), Cadetes (de 14 a 16 años) y Guías (de 17 a 20 años). El Frente de Juventudes fue un organismo político-administrativo creado en España en 1940, como sección juvenil autónoma de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, el único partido político autorizado por la dictadura del general Franco (1936-1975).

[5] La Operación Warp Speed (OWS) supuso la concreción de una asociación público-privada iniciada por el gobierno de los EE. UU. para facilitar y acelerar el desarrollo, la fabricación y la distribución de vacunas, terapias y diagnósticos contra la COVID-19.​ El primer informe de la OWS fue el 29 de abril de 2020​ y el programa se anunció oficialmente el 15 de mayo de 2020 por la administración de Donald Trump. La operación Warp Speed (inicialmente financiada con alrededor de $ 10 mil millones de la Ley CARES -Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus- aprobada por el Congreso de los Estados Unidos el 27 de marzo1) fue un programa interagencial que incluyó componentes del Departamento de Salud y Servicios Humanos, incluidos los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la Administración de Alimentos y Medicamentos, los Institutos Nacionales de Salud y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA); el Departamento de Defensa; firmas privadas; y otras agencias federales, incluido el Departamento de Agricultura, el Departamento de Energía y el Departamento de Asuntos de Veteranos. Como meta, Coordinar con el Departamento de Defensa el suministro, la producción y el despliegue de vacunas en los Estados Unidos, y realizar un seguimiento de cada vial de vacuna y el calendario de inyección para cada estadounidense que reciba una vacuna.

[6] Propublica es una agencia de noticias independiente y sin ánimo de lucro radicada en Manhattan, Nueva York. Produce periodismo de investigación. Fue lanzada en enero de 2008 y comenzó a publicar en junio de ese mismo año.

[7] Episodio SARS 2002-2004: epidemia ocasionada por el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS o SRAG) causado por SARS-CoV. El brote se identificó por primera vez en Foshan, Cantón, China, en noviembre de 2002. Más de 8.000 personas de 29 países se infectaron, y al menos 774 murieron en todo el mundo.​ La Organización Mundial de la Salud declaró el SARS contenido el 5 de julio de 2003, sin embargo, se informaron varios casos de la enfermedad hasta mayo de 2004.

[9] La furina es una enzima de escisión de aminoácidos básicos que en los seres humanos es decodificada por el gen de Furin.

[10] Espícula, en español; sitúa en la envoltura del virus y tiene la capacidad de unirse sólo a ciertos receptores en la célula huésped, como los receptores ACE2 humanos 

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