21 ene 2023

DE SOBREVIVIR A OTRO FITUR; Y VAN TREINTA Y SIETE

  

 

Pues sí; si me permiten, les contaré que FITUR ha vuelto por do solía.

Atracón de profesionales y políticos miércoles y jueves, resaca de ídem en viernes hasta las 15 horas y maremágnum (a 12 euros de vellón pax) de fin de semana (al menos, en el primer día de ‘público’). Hasta ahí, todo bien.

Para la inmensa mayoría, FITUR sigue siendo la ‘Feria de las Vanidades’[1]. La avifauna habitual se codeaba con los profesionales del sector y por FiturTech pasó alguno, que en la noche anterior estiraba el cuello con aspiraciones de emular a las Ndebele[2] o las Padaung[3] para salir en una foto mientras aireaba sus carencias sobre el estrado: la ignorancia sigue siendo muy atrevida.

Al antiguo planteamiento científico de que todo el monte es orégano se añade, con la misma base científica, de que todo lo que hay sobre la faz de la tierra es turístico y como tal reclama su protagonismo.

Y así hasta llegar al momento del viernes en que el presidente del Gobierno te explica la importancia de la Estrategia de turismo transfronterizo (entre Portugal y España; en “la Raya”) junto a la teoría de las 4D[4]. Quien piense que FITUR es tremendamente rompedor… está en lo cierto. Hay que ir bien “desayunao” y “curao” de espanto cada jornada a IFEMA.

Y cada mañana lo íbamos; acudíamos con ilusión: la actividad turística en 2022 evidenciaba a las claras que se puede considerar superada la incidencia de la pandemia, pero que el panorama general emisor de turistas está afectado por los diferentes condicionantes geopolíticos y macroeconómicos. A saber: la guerra de Ucrania -y lo que rondaré morena con los Leopard y los misiles baratos de la Boeing, mientras el cinismo de Putin hace el mismo efecto que sus martillazos sobre la población civil-, el incremento de los costes de la energía, la ruptura de la cadena global de suministros y subidas generalizadas de precios. Y hasta el capítulo del aumento de los tipos de interés hipotecarios. ¿No queríais caldo? ¡Pues cinco tazas!

Desde la cofa del palo mayor del galeón del turismo, desde el carajo si se avista desde el trinquete, para este año de 2023 Hosteltur estima en el proceloso océano turístico que “la actividad turística podría alcanzar los 168 mil millones de €, un +7,1% sobre los niveles en precios corrientes de 2019, consolidando la recuperación constatada de 2022, aunque todavía por detrás de la recuperación del resto de la economía española”[5].  Resulta que en el año 2022 podemos marcar la recuperación de la actividad turística en España: el PIB turístico alcanzó los 159 mil millones de euros nominales, un 1,4% superior a la actividad de 2019. Así, El turismo supuso el 61% del crecimiento de la economía española en 2022 y la aportación al PIB nacional llegó al 12,2%, a cuatro décimas de 2019. Hosteltur, insisto, dixit.

Ese 12,2% del PIB 2022 se acerca, impelido por los vientos de bonanza, hacia esa meta volanta del 12,6% alcanzado en 2019.

Pero no me canten victoria a grito fundido, a bastonazo ciego, porque los márgenes comerciales de quienes hacen y dan vida al sector se han visto mermados por el aumento medio del 28% de los costes energéticos, de un 17% los suministros y de un 8,9% los costes laborales, que se combinan con una subida promedio de precios del 6,6%, según el Instituto Nacional de Estadística.

En 2022 nos llegaron 72 millones de viajeros. Aún todos añoramos los 83 millones de 2019 y esperamos superarlos en cuanto se den las condiciones propicias. Atrás quedan los malos números pandémicos de 2020 (19 millones) y 2021 (31 millones). Y en 2022 los ingreso por turismo alcanzaron los 69.000 millones, frente a los 71.000 millones de 2019[6].

Y es muy alentador constatar con cifras que el empleo turístico ha crecido un 5,5% en 2022 con un total de 182.630 afiliados; los trabajadores de actividades turísticas aumentaron en 63.002 trabajadores respecto a la prepandemia, y representan 12,2% del total en la economía nacional.

En la Comunidad Valenciana, donde el 70% del empleo turístico está en la provincia de Alicante (donde Benidorm es más del 75%), se concentra el 11,1% de los trabajadores del turismo en España, tras Andalucía, Cataluña y Madrid. Y eso que nos pasamos medio año diciendo que faltaban camareros y quejándonos del nivel. Y eso que la reforma laboral ha hundido la temporalidad en el turismo en pleno récord de empleo.

La industria turística cerró diciembre con casi 2,46 millones de afiliados a la Seguridad Social, el mejor dato de toda la serie histórica para ese mes; supone que en los últimos 19 meses ha ido creciendo el empleo y, por primera vez, el nivel de temporalidad de estos contratos ha estado por debajo del resto de los sectores de la economía española[7] y a pesar de que la escalada de precios ha derivado también en un 8,9% de incremento de los costes salariales.

Aquí llegados -y como esto se supone que va de Fitur-, si me preguntan les diré (¡pregúntenme, pregúnteme!) que esta edición ha sido más de lo mismo: trogloditas y boterianas princesas de Éboli, Pastrana al fondo, compartían pasillos con reporteros de toda condición, nivel y pelaje (incluso de los supuestos Medios más insospechados); dinosaurios de cómic, belleas, falleras y damas de la Comunitat Valenciana, romanos de pega con galigaes de chino barato, gladiadores con smartphone, famosillos en demanda de fotos, soldados de época en ausencia de marcialidad iban y venían como pollo sin cabeza intentando despertar la misma admiración que algún despistado grupo de carnaval, un mimo hipando sin gracia y cuatro chicas de revista luciendo plumas y curvas sobre un andamio de tacón. Youtubers en abundancia, instagramers a porrillo e influencers sin apoyo ni respaldo creaban un mundo paralelo al profesional. Una pareja legionaria, con guantes blancos destacando en el caqui verdoso reglamentario del uniforme, fueron lo más real de la experiencia, tras la visita a velocidad de hiperespacio de la regia pareja -Felipe & Leticia (¡qué alto él; no me gusta la camisa de ella!, por comentario resumen de las decenas escuchados en la fracción se segundo del tránsito interpabellones vivido en la mañana del miércoles de inauguración.

Sólo puedo reseñar de esta 43 edición, en mi acendrada parcialidad, el stand de Málaga -y su proyección- y la labor desarrollada en el de Benidorm. Uno es que es así y no puede (ni intenta) remediarlo: agreste y montaraz.

Lo más fotografiado, sin duda,el micrófono del Benidorm Fest que estaba, junto a la Sirenita del Festival, en el stand de Benidorm. Ah, y muchos entraban para fotografiarse ante el gran lienzo de la Playa de Poniente en ese anochecer preciso que representa Benidorm, the Best plan.

Y volviendo con el bisturí a sajar cuestiones les confieso que aún no me he repuesto de una impactante campaña promocional vivida en mis narices, ante mis ojos, durante tres inmensos días, a cuento del oso y del madroño, armas heráldicas de la Villa de Madrid; cosas del siglo XIII (de 1222) cuando los madrileños consiguieron que, si bien los pastos seguían siendo del Cabildo de curas y beneficiarios (con la Iglesia habían topado), los árboles en las tierras del concejo quedaban en propiedad concejil y podían ser disfrutados por los vecinos. Por cierto: hace nada y menos que comí por primera vez madroños en la Sierra de Gredos -soy levantisco y por aquí no hay; aunque ya quisieran los de la capital probar los jínjoles-… y entiendo al oso. ¡Qué buenos que están!

Pues nada, a lo que iba con la campaña villenera, que, para reivindicar -imagino que- ante el pueblo de Madrid que el escultor de tan significativa escultura -Antonio Navarro Santafé- nació en Villena y que Villena cuenta con grandes atractivos turísticos -que me perdone Nuestra Señora de las Virtudes porque la frase va con toda la mala ideas posible e imaginable-, me iban colocado una copia bidimensional del conjunto junto con un grupete de supuestos actores -¡qué mal debe ir la profesión!- ¡¡vestidos de época!! Pero… ¿de qué época? Hasta le dan la pincelada regional incluyendo alguna chulapa en el cuadro… cuando el encargo al villenero es de principios de los años sesenta del siglo XX. El oso y el madroño están en la Puerta del Sol desde 1967 y ya habíamos olvidado algún atuendo propio de ‘La verbena de la Paloma’. ¡Que paisanaje! Bueno, les pasamos lo de Chapí[8], don Ruperto (y no me hagan el chiste malo de que no es lo mismo la calle de Ruperto Chapí que …) porque desde 1867 fue un madrileño más y a él le debemos ‘El tambor de granaderos’, ‘El rey que rabió’ o ‘La revoltosa’, sainete lírico en un acto con las aventuras y desventuras del Felipe y la Mari Pepa (¡Ay, Felipe de mi alma!; ¡Mari Pepa de mi vida!) … pues no que resulta, dicen, que un trozo de Madrid tiene su origen en Villena y eso les va a llegar al alma a los madrileños que en manada van a ir a Villena… Ah, que me dicen que es una campaña de Street marketing… totalmente estrellada. Me lo creo; yo es que me ahogo en una gota de agua. Y cada gota cuenta.

Me dicen, me cuentan, me confirman que hasta han vuelto los ágapes, las fiestas y los lucidos saraos por el olivar de la Hinojosa[9] y la capital del reino. ¡Pardiez!, me han pasado desapercibidos. Algún plumilla local me insiste en que ha descubierto ese otro FITUR que se añora y desprecia a partes iguales. El caso es que por sus pregones al amanecer y el velo de mi nostalgia puede ser hasta verdad, porque sin hacer alardes he vislumbrado conatos de esa actividad.

Y, como decía ayer (mismo y mismamente en el pabellón 7), la feria ha vuelto por sus fueros. He constatado actividad y sonrisas; hasta euforia. Y ha sido la cita del Metaverso y la inteligencia turística. Alguien dijo al respecto de la Inteligencia Militar que había un conflicto de intereses en ambas palabras y a este paso va a pasar lo mismo con la inteligencia turística y los DTI: un banco en un paseo con toma wi-fi no puede acreditar confición DTI y menos ser un referente IT. Así nos va.

Y hablando de cómo nos va. He asistido, por dos veces, a la despedida de la ministra de turismo, utilizando el foro fiturero de altavoz político, para anunciar su voluntad de dar la bienvenida en 2024 a todos quienes acudan a FITUR como “alcaldesa de la Comunidad de Madrid”; ahí es nada. Sí, con estas dos orejas dos, procesado el sonido por la neurona que deambula en solitaria locura por la cavidad craneal, que se lo he escuchado en persona a la señora Maroto que tanto y tanto y tanto se ha reunido con el sector. Tiren de fotos y de la hemeroteca para que pase la prueba del algodón famoso…

El FITUR institucional terminó ya; y pensando ya que estamos en la 44ª edición…

Y como ahora a todos les da por contar lo que hacen en las RRSS… háganle la prueba del algodón también a todo lo que lean porque, de verdad de la buena, los que de verdad de la buena trabajan cuentan cómo, dónde, cuándo y con quién; los que lo hacen en genérico… pues como que van a FITUR a deambular como alma en pena por la gran feria de las vanidades que siempre ha sido… aunque siempre queda la ocasión de las compras, el teatro y los musicales; un deporte que, ya que aquí estamos, practican algunos.

Pero no se olviden que tras los árboles hay un bosque y gente que trabaja por esto del turismo y de verdad, sin vocear que “buscan un turismo de calidad” cuando no saben ni de que va esto del turismo.

El mejor destino turístico al que ir es aquel que consigue ser el mejor lugar para vivir la experiencia del turismo y la vida; lo demás es para pasar el rato o pasar de largo. Y de esto último, en las ferias de turismo, hay muchísimo. Cada día más.




[1] Palabro que le oí acuñar en 1988 a José Luis Calvo Bou en su etapa de presidente ejecutivo del Patronato de la Costa Blanca. Y hasta ahí puedo leer.

[2] Mujeres cuello de avestruz, de tres grupos tribales que viven en Sudáfrica y Zimbabue

[3] Mujeres cuello de jirafa, también conocidas como Kayan Lahwi, del grupo étnico tibetano-birmano Karen, en Chiang Mai; Tailandia.

[4] Diversificación, Desconcentración, Desestacionalización y Digitalización

[6] Datos del Banco de España extraídos del informe Exceltur

[7] Al cierre de diciembre se habían contratado 247.763 personas con la modalidad de fijos discontinuos, frente a los 120.000 de diciembre del 2019 precovid y los 126.000 de febrero de 2022, último mes anterior a la entrada en vigor de la reforma laboral.

[8] Si bien murió en Madrid, en 1909, sus restos se encuentran en el Panteón de Ilustres del cementerio municipal de Villena desde 2003

[9] Gran finca -donde se ubica el Campo de las Naciones y Parque juan Carlos I, donde está IFEMA- que procede de las compras y permutas de terrenos que Nicolás de la Hinojosa, Tesorero General de Felipe V, realizara con el fin de construir un gran coto redondo para el cultivo de la vid, el olivo y el cereal durante el primer cuarto del siglo XVIII

No hay comentarios:

Publicar un comentario