17 ago 2015

DEL MAPA DEL FONDO MARINO


Ya tenemos mapa de la composición de los fondos marinos planetarios.

¿Y?

Pues que es muy interesante porque podemos aprender qué es lo que ha pasado hasta ahora y comprender los cambios ambientales que se han producido. Incluso ir más allá y presentar previsiones.

Ah.

Foto fija del primer mapa digital de la geología del fondo marino en la Tierra. / EarthByte Group, School of Geosciences, University of Sydney, Sydney, NSW 2006, Australia National ICT Australia (NICTA), Australian Technology Park, Eveleigh, NSW 2015, Australia

Resulta que el fondo abisal de los océanos es un gran cementerio de todo bicho viviente marino y la composición de esos fondos ayuda a descifrar el comportamiento y la respuesta oceánica a la variabilidad del clima. Metros y metros de sedimentos para estudiar lo que ha pasado.

Por ejemplo.

Las algas diatomeas son una fuente de oxígeno increíble. Una vez que mueren, van al fondo del mar, donde están las famosas llaves de la canción.

Con sólo fijarnos en los suelos calificados como cienos de diatomeas -que en inglés suena más fino: diatom ooze- nos podemos conjeturar una idea de la proporción de oxigeno en el planeta en distintas épocas atendiendo a la temperatura y a la salinidad del agua del mar.

Las diatomeas son muy importantes: se comen el CO2 con un apetito voraz.

Las diatomeas producen una buena parte del oxígeno que respiramos y, además, contribuyen a eliminar más CO2 que la mayoría de las plantas en tierra firme.

Hay una frase lapidaria del jefe del Departamento de Ciencias Oceánicas de la UNESCO, el profesor Valdés (que fue director del Oceanográfico de Gijón): “Cada vez que respires, piensa que la mitad de tu oxígeno viene del mar”.

Con eso ya está dicho todo.

Sí, ya sé que siempre nos han vendido lo de la Amazonia y todo eso, pero la fábrica de oxígeno planetario es propiedad de la multinacional Fotosíntesis que tienen delegaciones por todos los rincones planetarios; menos mal.

Así el caso, ahora lo que hay que hacer es investigar más esas proporciones de cienos de diatomeas (y otros cienos marinos, y gravas, y arenas, y todo lo del fondo del mar) y de todos esos estratos de deposiciones para saber más, mucho más de la evolución del planeta y las relaciones ambientales. Pero el trabajo base ya está hecho. Ahora es cuando de verdad se abre el camino para estudiar el ciclo del carbono marino.

Comprender los ciclos biogeoquímicos nos dará muchas claves evolutivas y podremos afinar en la información y en la predicción.

En mapa en 2D


Dicen los autores del trabajo (de la Universidad de Sydney y del NICTA[1] -un auténtico Parque Tecnológico con spin off sobrevenidas de proyectos universitarios de investigación, como esa quimera rubeniana benidormera): está muy bien llegar a Plutón; pero mejor saber cómo nos ha ido en el planeta azul, cómo nos está yendo y cómo puede que nos vaya y, en todo caso, plantear prevenir situaciones de futuro.

El trabajo es importante; baste señalar que el 70% de la superficie del planeta es mar y bajo él está el fondo marino. Por primera vez tenemos un estudio de conjunto de ese 70% del planeta del que antes sólo teníamos detalles puntuales y un trabajo manual de los años 70 que por sus carencias instó a realizar este. Y sólo se han necesitado 50 años y 15.000 sondeos para realizarlo.




PD: Para celebrarlo y homenajear a las australianos me voy a ir al único pub con pinta de ambiente australiano que tenemos en Benidorm -Outback Aussie Bar- y hasta me voy a pedir una Foster (que ya es propiedad británica); que yo para las cervezas soy muy mirado. Me han hablado muy bien de la Coopers Stout (de las que me van); pero no creo que aquí lleguen. Estamos prácticamente en la antípodas.






[1] Financiado por el Gobierno Australiano como centro de Excelencia en Investigación Tecnológica a través del Consejo Australiano de Investigación Científica

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