15 jun 2011

DE NUESTRA VIEJA COSTA



Esto está cambiando mucho. Ya ni la espera en la consulta del médico para que te den el Alta es lo mismo. Había dos chavalitas discutiendo sobre un examen de por la mañana que me obliga, una vez en casa, a repasar la cosa y ver que en esta costa sólo Denia, La Vila y Alicante son las que han aparecido desde siempre.  Benidorm no aparece ni en El Llibre dels Feyts (Crónica de Jaime I; anterior a 1276). Vamos, que hasta el siglo XIII no estamos para nada.

El primer testimonio serio sobre esta tierra alicantina nos llega del romano Plinio “El Viejo” (23-79 dC) quien en su Historia Natural (sobre el año 70 dC), y sobre la Contestania, cita las ciudades de Ilici (por La Alcudia de Elche), que tenía tratamiento de colonia inmune (entre otros privilegios, el derecho a acuñar moneda y la exención del pago de impuestos), Lucentum (por el Tossal de Manises, Alicante), como ciudad de derecho latino (ciudadanía romana limitada) y Dianium (Denia) como ciudad estipendiaria (que pagaba tributo para mantener cierta autonomía. En el año 74 Vespasiano concede en masa el “ius latium” y todos pasamos a ser ciudadanos romanos. Obvia La Vila-Alone.

Algo después, en el siglo II ya, el griego Ptolomeo (100-170 dC) en sus Tablas Geográficas cita a Ilikiás (la Ilici de Plinio “El Viejo”), Illikitátos que debió ser el puerto de entrada al Sinus Ilicitanus, donde estaba la factoría de salazón de La Picola (Santa Pola) e Iaspís (en el entorno de Aspe). Hay un cuarto nombre,  Alonaí, el puerto de Alonaí, relacionado con el comercio griego, que por las indicaciones de Claudio Tolomeo es de localización imprecisa, aunque apostamos por La Vila. Obvia Lucentum-Alicante.

Rufo Festo, el poeta romano del siglo IV dC que conocemos como Avieno,  en un texto descriptivo de las costas de la Hispania prerromana, Ora Marítima, dibuja las costas mediterráneas desde Marsella hasta Cádiz, sin detectar el Delta del Ebro, aunque cita su pantanosa desembocadura, utilizando fuentes muy antiguas; dice que recoge lo escrito  desde el IV aC por Hecateo de Moleto, Helánico de Lesbos, Fileo de Atenas, Escílax de Carianda, Pausímaco de Samos, Damastes de Sigeo, Bacoris de Rodas, Euctemón de Atenas, Cleón de Sicilia, Heródoto de Turisos, Eutimes de Masalia y lo del ateniense Tucídides. Vamos, que esto parecía el metro en hora punta a la hora de contar lo de nuestras costas; vamos que no debimos ser tan anónimos.

Y con todas aquellas viejas descripciones dibuja Avieno un trazado diferente al actual. Por debajo de Alicante la cosa se complica más, refiriéndose tanto a la existencia de varias islas como a la inmensa marisma del río Teodoro (Segura), que sería la antigua Albufera de Elche, donde desembocaban los ríos Segura y Vinalopó, en cuya entrada había un islote o península con importantes asentamientos ibéricos (Tossal de La Mola). El periplo de Avieno cita una novedad sobre todo lo anterior: la ciudad de Hemeroskopeion (Dénia), que Estrabón describiera como una de las tres fundaciones massaliotas de la costa, situándola donde el mismo templo a Diana (Dianium, Artemision, Dénia).

La cuarta referencia es la de Estrabón. Y debía ser la primera, pues Estrabón de Amasia (64 aC – 24 dC) fue en realidad el primero en hablar de nosotros aunque nunca estuvo por aquí. En su Geografía, tomo III (con las referencias del griego Polibio y del sirio Posidonio, que sí estuvieron), retrata el perfil de la Bastetania. Copia lo que otros que sí habían estado habían dejado ya plasmado en sus escritos. No se le escapan los cabos, los golfos y las ciudades que hubiere. Y no cita el Delta del Ebro, porque no existía por aquél entonces.

Estrabón pasa de puntillas por nuestra costa alicantina al estar alejada de la Vía Augusta: solo cita a Dianium (Hemeroscopion,Denia, en el cabo de La Nao, Promontorio Ferraira que le llama) y las ciudades que se encuentran por debajo del mismo, en el Sinus Ilicitanus que es todo el resto de la provincia de Alicante: Alonis/Alone/Allon (Villajoyosa), Lucentum (Tossal de Manises, Alicante) e Ilice (L’Alcudia de Elche). Apunta además islas: Planesia (Tabarca) y Plumbaria (la Isla de los Periodistas) que es Isla de Benidorm. Todo esto, después de muchos años de dimes y diretes hasta que se acepta y demuestra que Alone es La Vila.

Llama la atención que pasaran tanto de nosotros aquellas gentes por no estar en la Vía Augusta o Heráclea (la que recorrió Hércules para robar los bueyes de Gerión),
Pero ojo al dato: por el Anónimo de Rávena (de por el año 670 –en los libros IV y V-) sabemos que la vía Heráclea, la auténtica Ruta del Esparto, se iniciaba en Carthago Nova (Cartagena) y llegaba a Ilici (Elche), Lucentum, Alonae , Ad Leones (¿?), Dianium (Denia), Asterum (¿?) y Portum Sucrone (en el área de Cullera). Este último punto era un nudo de comunicaciones en el que la reseñada vía costera confluía con otras vías que procedían del interior y, naturalmente con la Vía Augusta. Bueno, pues por aquí se pasaba y poco se escribía. ¿Era o no era la Vía Heráclea la misma que la Vía Augusta?

Sea como fuere, por aquellos días, la costa importaba más bien poco.

Por cierto, es la Geografía de Estrabón la que nos habla de la derrota traicionera de Viriato… ahora que a la gente de por aquí le ha dado por ver una “superproducción” de chicha y nabo y mentiras piadosas.




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