26 ago 2011

DE ABSURDAS BORDERIAS CON CALVIÀ



Señor, Señor, ¡qué Cruz!

Uno, aquí, en plan “guerrero del antifaz” sobre los que informopinan de Benidorm, y en el pueblo me sale otro, plumilla también -los tres; uno, otro y yo-, y, para citar a Calvià y sus cifras turísticas ante el avance de HOSBEC Monitor, me llega a escribir (y publicar, que es lo más grave) que “un municipio balear, con menor posicionamiento de marca, nos supera”. Y no sólo eso: ¡¡¡se pregunta si es un buen dato estar los cuartos y por detrás de Calvià!!! Vale que Calvià no es una marca turística recogida en el Registro de Marcas Turísticas, pero no hay que dejarse llevar por el “síndrome de marca”. Calvià es mucho Calvià.

Hombre, me gusta lo del tirón local, que Benidorm sea el ombligo y todo eso; pero sin pasarse.
Y esta vez ha sido Tony Pola (El Diario. Radio Sirena; Grupo Megahertzios) el que me sale con “Una ‘mayonesa’… que supera a Benidorm”. Y es que Calvià “le suena” a mayonesa. Y lo más grave es que dice que “se ha pasado toda la semana preguntando por Calvià y aquí nadie sabía de qué hablaba”. Es que la LOGSE ha hecho estragos.

Y, es que hablar de Calvià es hacerlo de Palma Nova, Magalluf, Santa Ponsa, Portals, Illetas, Paguera… Calvià no es sólo Calvià Vila (el poble)… es que son 150 kilómetros cuadrados de término municipal con 18 núcleos turísticos… y muchos hoteles y camas turísticas… y mucho de todo. En algún momento los porcentajes nos pueden ser favorables, pero en números absolutos… Calviá es Calviá.

Al Caesar lo que es del Caesar, amigo Pola.

Hubo un tiempo, a finales de los ochenta y principios de los noventa, de “entente cordiale” entre Calvià y Benidorm. Hubo mucho contacto. Alguno llegó a escribir que, entre ediles, “más de la cuenta”. Fue a toro pasado del estallido del término “Balearización” y coincidiendo con el contraataque a base de “Crecimiento Cero”. El eje Palma Nova-Magalluf, se dice, es un ejemplo de “urbanización salvaje” (años 60, 70 y 80).

A finales de los años cincuenta, en un artículo de Paris Match, ya se alertaba de lo que podía terminar pasando en la Bahía de Palma. Son San Juan es de 1959… y los TTOO comenzaron a tomar al asalto Mallorca y… pasó lo que pasó. Los vuelos chárter, hegemónicos desde 1967 hasta la llegada del low cost, animaron al avispado emprendedor local que, bajo el paraguas del TTOO, puso ladrillos por doquier para todo tipo de alojamientos. Esta historia es común a la mayoría de los destinos turísticos; en el caso mallorquín la cuenta como nadie el arquitecto Biel Horrach.

En cuanto a la “Balearización”, en marzo de 1972, el urbanista Josep Lluis Sert (al que debemos algunos de los mejores proyectos del prototurismo de España) ya alertó del problema; del inmenso problema y de su difícil solución.

Ya sólo con esto, sin el obstáculo LOGSE, ya se debiera saber de qué se hablaba, qué significaba y cuál era el tamaño turístico de Calvià.

También hay que decir que Calviá tomó sus medidas. El 22 de diciembre de 1989 nació en Programa 21, y con él las Agendas Locales 21. Calviá fue de los primeros en sumarse, a partir de la Cumbre de Rió de 1992. Así, en 1994 se comenzó a reorientar el desarrollo turístico y se creó la estrategia Calviá+10 que se revisó en 2004 y se replanteó en 2005.

Es difícil desfacer entuertos urbanísticos de tan hondo calado, pero Calvià en ello está. Y no son, precisamente, una “mayonesa”. 

No sé que me ha dolido más: si el desconocimiento o la absurda bordería por indigencia mental.






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