20 ago 2013

DE UN SUCEDIDO EN 2002 POR GIBRALTAR Y PEREJIL; DE CUANDO NOS INVADIERON LOS BRITÁNICOS


Esto que les voy a contar ocurrió la noche del 19 de julio de 2002 y la mañana siguiente.

Unos días antes (12 de julio de 2002) José María Aznar y Josep Piqué se habían reunido con Tony Blair y Jack Straw y habían llegado a un principio de acuerdo sobre Gibraltar[1] que luego un referéndum de los gibraltareños tiró por tierra (07.10.2002), lo que motivó que el ministro de exteriores británico Straw (Secretario de Relaciones Exteriores era el cargo ofisiá) lo calificara de “excéntrico” y la ministra Ana Palacio lo definiera como “ilegal”.

Entonces Aznar-Blair se propusieron un tiempo de relax… y cambiaron los gobiernos. Y… a fer la mà

Lo del lamentable Moratinos, ya lo sabemos; pero, ojo, que sobre Gibraltar ya se pronunció la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Británico en 2008, de la mano del Ministro de Estado para Europa -Jim Murphy- con un rotundo e impactante “nunca negociaremos[2]. Les cuento, porque confío en que algún día impere la razón, que Ministro de Estado es un cargo inferior al de Secretario, que sí equivale a Ministro. Ya lo decía Asterix sobre los romanos; aplíquenlo para los británicos.

Bueno, pues, a lo que íbamos.

A la entente Aznar-Blair del 12 de julio sobre Gibraltar le salió una corriente contestataria en la pérfida Albión. Ese mismo día se supo en España y en todo el mundo que el día anterior seis gendarmes marroquíes habían “desembarcado” en el islote Perejil e izado su bandera. ¿Se me acuerdan? La Unión Europea respaldó a España en su reivindicación de soberanía. Bueno, no toda. Da la casualidad de que los que nos votan en el Festival de Plastavisión, digo Eurovisión, no nos apoyaron. Valga una cosa por otra, debieron pensar París y Lisboa. Además da la p… casualidad de que teníamos la mayor parte de nuestra aviación militar de combate en un operativo en ¡Alaska!, con norteamericanos y británicos, y los F18 de Morón hubieron de regresar a toda leche y a golpe de talonario para pagarse el JP7. Entonces se parió la Operación Romeo-Sierra (iniciales de Recuperar Soberanía; 17 de julio) y el ministro Federico Trillo se pegó el fardote -“Al Alba y con tiempo duro de Levante…- tras la acción de los chicos de la COE de Rabasa, Alicante.

Entonces, un periodista de The Guardian no pudo más: España acoquina a Marruecos con Perejil, no devuelve Ceuta y Melilla y hasta va a conseguir Gibraltar. ¡Eso, nunca!

Total que “empapado en cerveza”, como reconoció Stephen Moss en su artículo, se presentó ante l’Illa de Ses Rates, en Ibiza, entre la Punta de Sa Mata (a unos 375 m de la costa) y la Platja d’En Bossa, y tomó posesión de ella para la Gran Bretaña.

Moss nos invadió una noche de viernes armado con un megáfono (para gritárselo ¿a quién?), un teléfono móvil, una caja de San Miguel, un queso Stilton (tal vez por el nombre del islote que cita como Island of the Mice, Isla de los ratones, en el texto de la noticia aunque luego veremos que inspiró más que alimentó), una botella de agua (¿para qué más?, si el agua rompe los puentes y abre los caminos; ¿qué coño no hará con los intestinos?), varios kilos de tomates (¿?), una caja de galletas de melaza y una figurita de los Grenadiers Guards (los del gorro negro alto y la guerrera roja). Se hizo acompañar por un fotógrafo, pero en la web de The Guardian no he encontrado constancia del momento. No pudo llevar la Union Jack con que se había pertrechado porque la había perdido en el vuelo Barcelona-Ibiza. Fue un fallo, pero todo estaba planificado todo en el Cockney Rebel Pub con varias pintas por medio.

En su día ya publiqué que “el amigo Moss recaló en la isla de la Ratas -tal para cual- tras conseguir un pedalo en la playa d’En Bossa”. Luego cuenta que el trayecto fue penoso: “derrotaba -el pedalo- a babor y por ello prolongó más tiempo la navegación”. Total que “a las 21’58 horas del viernes 19 de julio llegaron -periodista y fotógrafo- a la isla, exhaustos por el esfuerzo y henchidos de orgullo patriótico”. Pasaron la noche dándole a la caja de San Miguel y a la mañana siguiente bautizaron el islote como Stilton Island, en honor al queso, y descubrieron que un enemigo muy superior en fuerzas les iba a terminar echando de la isla: las hormigas, que dieron buena cuenta de los restos de queso y galletas de melaza.

A las 7’30 h del sábado 20 de julio Moss llamó al Foreing Office para comunicar que había tomado posesión de la isla. En el artículo lamenta que el funcionario “le sugiriera que llamara el lunes”, y ante la insistencia de Moss le pide que volviera a llamar a las 10’00 AM. Moss vuelve a contactar con puntualidad británica y entonces le dicen al otra lado del auricular que “el Reino Unido de la Gran Bretaña está ahora por compartir más que por poseer dominios territoriales”.

Con el chasco a cuestas fijó Moss su objetivo en España y llamó tanto a la Oficina de Información Diplomática como a la Guardia Civil de Ibiza, donde tampoco le hicieron ningún caso. Creo interpretar (traducir) que no era muy bueno el dominio del inglés de sus interlocutores españoles y por eso no se enteraron.

Total, que ante lo que yo considero un fracaso y el empuje de las hormigas (que no siempre van a ser los de la COE y los del Tercio de Armada), Moss y su fotógrafo emprendieron viaje de regreso a la playa d’En Bossa “para devolver el pedalo y recuperar los pasaportes” que se había quedado el alquilador como garantía de que devolverían el transporte naval. Ya en tierra firme, escribió la crónica y envió las fotos que el día 22 publicó The Guardian.

En estos enlaces de TheGuardian y El País puede leer la noticia de julio de 2002.

A mí me asalta ahora una duda existencial: ¿Qué hicieron con las botellas vacías de San Miguel? Medioambientalmente constituye un delito dejarlas en la isla y no hay constancia en el artículo de que las devolvieran.

Ahí ya hay un punto punible, ¿o no? Pues que se actúe de oficio.

Lo de Moss y lo de Fabién es un delito medioambiental.  






[1] Said that after twelve months of negotiation the British Government and Spain are in broad agreement on many of the principles that should underpin a lasting settlement of Spain's sovereignty claim, which included the principle that Britain and Spain should share sovereignty over Gibraltar… Después de 12 meses de negociación, el Gobierno Británico y España están en general de acuerdo en muchos de los principios que deben sustentar una solución duradera de reclamo de Soberanía de España, que incluye el principio de que Gran Bretaña y España deben compartir la soberanía sobre Gibraltar…
[2] The UK Government will never enter into an agreement on sovereignty without the agreement of the Government of Gibraltar and their people. El Gobierno del Reino Unido nunca llegará a un acuerdo sobre la soberanía sin el acuerdo del Gobierno de Gibraltar y su gente.

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