29 ago 2013

DEL TRILE/TRILES… QUE PARECE QUE DE VERDAD VA A SER, DE UNA VEZ POR TODAS, ¡¡DELITO!!


Llevo oyendo del “trile” desde aquél 31 de agosto de 1987, lunes, en que empecé a conducir un programa magazine mañanero en Radio Benidorm, entonces independiente y hoy en la órbita de la SER. Hasta aquél día, ni sabía lo que era aquello… y eso que los orígenes de este juego-timo/timo-juego se remontan, leo, al siglo III aC. Ese día me tenían programada una entrevista con el comisario.

Bueno, por leer he sabido que el nombre del timo es tanto “triles”, con “s”, como “trile”, sin “s”. Engaña hasta con el nombre, pero no varían las definiciones: “Juego de apuestas, generalmente fraudulento, que consiste en averiguar, siguiendo con la vista, en cuál de los tres escondites que se presentan sobre una mesa está el objeto, previamente mostrado y rápidamente manipulado por el trilero”. La de la RAE es más sencilla: “Juego callejero de apuestas fraudulentas que consiste en adivinar en qué lugar de tres posibles se encuentra una pieza manipulada”.

Desde aquella mañana en la Radio no he encontrado opinión que no considere que el “trile”/”triles” resulta que más que un timo es un delito, pero de vivir aquellos primeros años en casa con mi padre (abogado) recuerdo que “delito es toda conducta que el legislador sanciona con una pena”… y cuando estamos ante el “trile”/”triles” parece que hasta hace nada resultaba una pena sancionar el delito, y me lo dejaban en falta.  

No es delito todo aquello que no está en la ley penal” le oía decirme una y otra vez a mi padre. Bueno, de aquellos días me acuerdo de que me enseñó a recitar de carrerilla que “Iustitia est constants et perpetuas voluntas ius suun cuique tribuendi” (la perpetua y constante voluntad de dar a cada uno su derecho) y que antes de lanzar la caña, a la hora de pescar, debo pronunciar el conjuro de “érgete, érgete, iccies; jinajalote”… o algo así, porque resulta que eso es griego clásico (venid, venid, peces; para que seáis pescados) y yo soy de Ciencias y más allá de unas pocas letras del alfabeto (que me sé -y es gracioso lo de eta, theta, iotami, ni, xi…-) paso lo justito de los clásicos griegos.

Hoy estoy de enhorabuena. Leo en O2B (El diario de la Industria Turística) que “Los trileros podrán ir a lacárcel con el nuevo Código Penal”. A los trileros los llama “estafadores que ‘manchan’ la imagen de España”. Claro, es que la mayoría de los estultos que pican son extranjeros, pero también he visto aborígenes patrios con menos de un milímetro cúbico de capacidad craneal que resulta, encima, llena de serrín.

O2B dice que: “El nuevo Código Penal tratará los trileros como una “delincuencia patrimonial multirreincidente y profesional». «El texto proyectado prevé la aplicación del tipo penal agravado cuando el delito se comete en el contexto de una actividad profesional o por integrantes de grupos criminales, como es el caso del trile», explica un comunicado que envió el ministerio de Justicia al ayuntamiento de Benidorm, que había trasladado su preocupación sobre el aumento del fenómeno”. 

El haber leído este mismo mes en El País “Benidorm, ciudad del trile” me hizo tanto daño como si me hubieran robado la cartera a mí mismo… y yo más allá de la Lotería de Navidad (sólo en Navidad) y a La Primitiva (cuando me acuerdo, que pretendo acordarme semanalmente), incluso al Eurojackpot cuando veo a mi amigo vendedor, sólo juego al Voley… que es con las manos y me dio muchas satisfacciones desde tiempo de don Antonio Álvaro y de Thomas Bojovic; me gané a pulso jugar de colocador.

En ese artículo puñetero se menta la bicha: “La policía no puede hacer nada contra el clásico juego de dónde está la bolita, simplemente levantarles el puesto y echarles la bronca o meterles una multa que nunca pagarán con una declaración de insolvencia. El trile no es una estafa porque uno accede a ella. Y jugar en la calle no es un delito, es una falta”.

En junio de este años, una vez más, se puso en marcha una campaña “paraponer cerdo al trile” coincidiendo con la aprobación en el Senado “de una moción para que se castigue el trile” presentada por el senador benidormero Agustín Almodóvar Barceló en la que “se insta al Gobierno a que acometa reformas legislativas para castigar "adecuadamente" el juego del 'trile' y para que esta práctica se plasme en el Código Penal” y como dice O2B, la clave está en considerar el “trile”/”triles” cómo “delincuencia patrimonial multirreincidente y profesional” con el añadido de calificar de “grupos criminales” a los integrantes de la “colla” (trileros, ganchos y aguadores, una docena en total) que practican el delito. Ambas cuestiones, sumadas, pueden aparejar penas de 6 años de prisión.

Sólo en junio y julio la Policía Local de Benidorm levantó 52 actas (vamos, que desmanteló 52 “paraetas”) que llevaron acarreadas sendas “faltas administrativas” que esta gente se pasó por el arco del triunfo.

Vamos a ver lo que tarda la ley en materializarse… y los trileros y sus abogados (que los tendrán) en hacerle la trampa.




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