9 oct 2014

DE MANIPULAR EL CLIMA (V)


En 1975, sabiendo que en la ONU se trabaja por la prohibición de todo intento de manipulación climática con fines militares, a marcha forzada lo rusos ultiman su propio programa de ondas ELF que -de las comunicaciones interceptadas por los servicios de inteligencia- parece que se denominó “Proyecto Carpintero” (incluso “la señal de Moscú”/ “The Moscow Signal”) y que a partir de entonces en los medios de comunicación occidentales se llamó “Carpintero Ruso” (The Russian Woodpecker).

Entre julio de 1976 y diciembre de 1989 la frecuencia se pudo captar en todo el mundo; especialmente en los EEUU que estaban más obsesionados con ella. ¿Por qué se emitía esa señal tan aguda?

Instalaciones Duga-3, hoy abandonadas
Mediados los 90 se supo que la producían los equipos Duga-3 de la red de alerta temprana de misiles, ubicados en Ucrania (muy cerca de la central de Chernóbil) y aparecieron libros conspiranoicos que mezclaban aquella señal tanto con los períodos de sequías en la costa Oeste de los EE.UU. como con una operación de control mental. Parece ser que en la ciudad de Eugene (Oregón) aquella señal, que interfería las ondas de radio, causó estragos entre la población[1]. Una vez más estamos en una dualidad de resultados: alteración climática y/o control mental (¿?)

Se habló mucho de la Guerra Invisible; es que la CIA puso en marcha el Proyecto Pandora (Radio Remote Brain Manipulation; alteración de la mente a distancia[2]) para replicar las ondas recibidas de los rusos. Aquí ya nos perdemos en la conspiranoia y las series B de TV. Aquí entra en liza el neurofisiólogo español José Manuel Rodríguez Delgado[3] y el control mental de los toros de lidia en España. Si es que no podemos sacar los pies del plato: se lía la cosa

Se sucedieron después unos años donde aún es casi imposible discernir entre la investigación científica y la elucubración maquiavélica de episodios de ciencia ficción. Lo único cierto es que la propuesta EMMOD -prohibición del uso de técnicas de modificación ambiental con fines militares u otros fines hostiles- paralizó un poco la escalada que estaban llevando a cabo las dos superpotencias. En los años siguientes aparecerán innumerables estudios contando todos los males generados por esa carrera por lanzar las ondas más gordas de más baja frecuencia y las escaramuzas de supuesta modificación climática. Se confunden ambas cuestiones.

En esa faceta de indefinición del proceso llegará el concepto de Geoingeniería como ingeniería climática. Surgirá de las teorías científicas que formulan técnicas cuyo objetivo es influenciar, más que modificar, el clima del planeta. Muchos apuntan al físico italiano Cesare Marchetti como padre del “palabroGeoingeniería, pero… yo no he encontrado aún nada para otorgarle el título de padre putativo. Eso sí, Marchetti (físico y analista de sistemas) fue uno de los primeros en plantear soluciones técnicas respecto al hidrógeno y la energía (1969) y al bombeo de CO2 en los océanos para contrarrestar efectos en el clima terrestre (1977) justo el mismo año en que se publicaron algunos datos sobre los efectos de viejos programas puestos en marcha la década anterior. Es el caso del Proyecto Skywater (siembra de nubes) y los efectos del yoduro de plata dispersado sobre la nube en la vida animal: situaciones de incapacidad temporal en seres humanos y mamíferos, aunque no hay documentados daños crónicos.

En ese ambiente entrará en vigor, el 5 de octubre de 1978, la prohibición de la guerra climática… a partir de entonces todos los intentos de manipular el clima tendrán fines  civiles, no militares. (¿?)

Utilizando las técnicas militares adquiridas hasta ese momento, el Servicio Meteorológico de los EE.UU. con un sistema de datos globales (GDAS) desarrolla el sistema AFOS (Automation of Field Operations and Services), una red informatizada que registra los datos de todos los observatorios de la red y los procesa conformado una mejor información meteorológica.

Así, en 1979 se inicia el Programa HEAO (Observatorio Astrofísico de Alta Energía) y el HEAO-1 escruta el cielo en banda LASS y ya el HEAO-2 lo hará a través de Rayos X. El nº 4 es el más eficaz de todos, combina todos los anteriores y hasta trabaja los Rayos Gamma. Y también en 1979 el Servicio de Meteorología de la Universidad de Illinois desarrolla el estudio NFS Grant ATM 79-05007 que analizó los posibles efectos  de siembra de nubes sobre zonas áridas… para concluir que “los resultados de este estudio son comparables con los anteriores”. Demasiada expectación para tan pobres resultados. Muchos dólares tirados a la papelera.

Y así terminará la década, con una extraña sensación de que hay un algo más en eso de los claros intentos de manipulación climática y el haber llegado a un estadío superior donde se mezclan la posible realidad y más auténtica fantasía pues con la excusa climática, dicen, se iba en pos del control de las mentes. ¿Les creemos? Es que, la verdad sea dicha, en todo este proceso no hay una prueba tangible más allá de conseguir que llueva un poco más a costa de muchos dólares (o la moneda que ustedes quieran).

Tras la resolución EMMOD y los informes de ineficacia y/o falta de rentabilidad de las iniciativas y programas emprendidos, la década de los 80 comienza con la cancelación de veteranos programas sobre modificación del clima emprendidos desde finales de los 50, especialmente durante la década de los 60. El más famoso, a nivel de medios de Comunicación, fue el Programa Stormfury tras 22 años de actividad. Lo único que habían conseguido es convencerse de que la hipótesis inicial no era correcta. Se creyó en los 60 que sembrando con yoduro de plata los ciclones se alteraría su estructura; pero resulta que no cambiaban. El último vuelo tripulado fue en 1971; desde entonces se dedicaron a estudiar, dentro del huracán, su evolución. Y eso sí fue interesante. Hasta 1983 sólo consiguieron demostrar una explicación natural a todos los cambios que creían haber introducido en esas supercélulas. Sus activos (aviones, equipos y personal) fueron trasladados poco a poco al Centro Nacional de Huracanes de la NOAA y los militares dieron paso a los civiles.








[1] En algunas casas de la ciudad se llegaron a medir radiofrecuencias de 4’75 MHz y 1.100 ciclos/seg. sobrepasando en un millar de unidades lo normal; la gente se volvía loca. ¿Cómo fue posible? Al principio culparon a una antena de la Armada, en Dixon (California) pero un rastreo de la frecuencia llegó hasta los equipos Duga-3 en Ucrania. ¿Cómo fue posible?, parece este fenómeno que solo ocurrió en Eugene y sus alrededores.
[2] Infundir terror y pánico entre las tropas enemigas y valor y entusiasmo en las propias.
[3] Malagueno que en los años 50 trabajaba para la Universidad de Yale; se le ofreció volver a España para un estudio en la Universidad Autónoma (Madrid). De trabajar para la Oficina de Inteligencia Naval (EE.UU.) pasó a hacerlo con toros de lidia con resultados sorprendentes. Algún escándalo lo devolvió a los EE. UU. donde fallecería en 2011 después de haber trabajando en iniciativas de la Armada Norteamericana.

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