2 jul 2017

DE GRAN BENIDORM (y III)





Retomo. Y para comenzar la tercera y última entrega, un periodista: Joaquín Luna

En La Vanguardia Luna lo es -y lo ha sido- todo. Y con La Vanguardia vino a Benidorm en 1984 cuando el USS Saratoga hacía una de sus visitas a Beni York -¡qué tiempos!, la de gorras de navíos USA que tengo por aquí- y, tras su reportaje en el que “descubrióBenidorm (cual Saulo de Tarso) el comentario de sus colegas: “¿Cómo puede gustarte Benidorm?” Pues le sigue gustando.

Luna miró a la sala, tras el silencio que había inducido, y sentenció: “muchas veces vivimos la vida como se supone; gustándonos frivolizar”. Vale que sí, y al frivolizar la cuestión cambia y te cambia. Encontró Luna entonces la “doble vida” de Benidorm, aquella que no es -digo yo- doble vida sino la vida que vives cuando te sumerges en ella, cuando te dejas abrazar por Benidorm. Él se mantuvo en su tesis de la doble vida, pero explicó: “Benidorm ya no tiene doble vida; ahora tiene vidas paralelas”. Y puede que sea verdad; lo comprendes cuando él te explica su razonamiento: “la vida de capital de comarca y la vida de capital de turistas”. Sí, Benidorm también es eso; puede que solo eso. Irradia sobre la comarca y es la capital del turismo de sol y playa.

Entonces, Luna nos volvió a sorprender: “¿estoy en el lado equivocado al pensar así?” La respuesta es inmediata: No.

Entonces pone la diana en el palabro de moda: turismofobia.  Y explicando lo que ocurre en ciudades no pensadas para el turismo se explaya: “Cuando las ciudades entran en el discurso contra el turismo se meten en un snobismo absurdo. La cuestión es saber la identidad de cada una de ellas… y Benidorm, desde el principio sabe la suya; sabe lo que es”.

Sonó a música celestial para nuestros oídos cuando nos dijo que Benidorm -que es una apuesta lógica por el Turismo- “es una república independiente en esto del Turismo”, las consecuencias de “haber sido fiel a su personalidad”. Pero es que Benidorm, desde el principio -1956-, es una apuesta por una ciudad de turismo.

Más contundente estuvo cuando definió Benidorm “como el sueño de las clases medias”. Un sueño que va ya superando los 60 años y que sigue funcionando porque  Benidorm “ve con los ojos de la realidad, es auténtica y sigue teniendo una gran personalidad”. Esto lleva a Benidorm, explicó Luna, a ser diferente y única: “no hay ninguna como Benidorm”. Y mira que lo han intentado.
Me gustó la reflexión final: “Benidorm es una ciudad de buen rollo; Benidorm es una ciudad donde no hay chismes… no hay tiempo para ello  entre el ocio y el negocio”.

A Luna le tomó el relevo el director del Diario Información, Toni Cabot. Toni, desde su otero en Aigües observa los besos que de continuo le da el mar a Benidorm y sintetiza: “Benidorm invita al confort”. Y desde su conocimiento personal y profesional explica que “Benidorm es una empresa donde todo el mundo tiene clara su misión: hacer feliz a quien viene a Benidorm”.

Cabot expuso su convicción, cimentada año tras año, de que “Benidorm es un espacio único que sabe lo que quiere”. 

Fue breve, pero no por ello menos contundente y terminó recordando una frase de Pere Joan Devesa , el arquitecto y hotelero local, que yo también le he escuchado… pero a mí los árboles no me dejaron ver el bosque y Cabot lo vió: “A mediados del XXI, cuando estudien a Benidorm como ejemplo, nos cabrá el orgullo de haber formado parte del proceso de creación de un producto único en el mundo”. 

Deberíamos tener a mano un amanuense para ir anotando las frases de Pere Joan: una propuesta que lanzo atemperada en la canícula que ya tenemos encima.

Y el colofón de la jornada llegó con Xavier Mariscal. No me dio tiempo a anotar más que “Benidorm tiene mi edad”… luego fluyó la esencia del genio y los dibujos dieron vida al auditorio con una historia en viñetas del éxito de Benidorm, del Gran Benidorm.





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