23 ago 2017

DEL BOLETÍN DEL TURISMO; COSAS DE 1981 (I)






Este Ayuntamiento, consciente de la necesidad de prestar una atención preferente al turismo…”. Así comenzaba la exposición de motivos por los que comenzaba a editarse el BOLETÍN DEL TURISMO que con la periodicidad “marcada, en cada caso, por las circunstancias” iba a poner en circulación la Delegación de Turismo del Ayuntamiento de Benidorm. Era una experiencia pionera.



Tanto como el “negociado con exclusiva dedicación a los temas turísticos, su planificación, estudios y realización” que acababa de iniciar su andadura “con una nueva filosofía” pretendiendo rendir cuentas de sus actividades y proyectos a través del Boletín del Turismo. Exponer la gestión municipal en el campo del Turismo era la finalidad.


Era alcalde Pepe Such y Pepe López concejal de Turismo. Dirigía el negociado Miguel Alberto Martínez Monge y, me cuentan, en él trabajaban mi buen amigo Luís Escobedo y José María Muro.





Habían acudido a la feria de Deaville (la reina de las Playas de Normandía; “el Benidorm de París” que decía Manuel Catalán), Top Resa, y daban cuenta de la asistencia a la misma “con stand propio y gratuito” y que la Unión Musical de Benidorm se había convertido en la “vedette” del certamen. El éxito había sido total y se hablaba “de iniciar las gestiones con vistas a un posible hermanamiento entre las dos ciudades”… Al final nos hermanamos con Le Canet, en el Sur.


A Top Resa 3, feria profesional, asistieron, por parte española, Cataluña y Benidorm. La valoración: positiva. A los contactos profesionales en la feria se unieron las noticias en Ouest France y Paris-Normandie, así como la grabación de un programa para la TV suiza de una actuación de la Unión Musical.





Llama la atención las fórmulas de promoción de 1981. El Boletín da cuenta del “concurso mundial de radioaficionados”, en colaboración con la URE, con contactos válidos con la frase “Benidorm, Primavera constante”, implicándose en la campaña Ayuntamiento, Jet Air, Thomson y la Asociación de Hoteleros de la Marina Baixa (que así se le cita y no como HOSBEC que el acrónimo actual). Se señala que es “un tipo de promoción de incalculable valor ya que el nombre de Benidorm ha estado -y sigue estando- en las ondas miles de veces y su condición turística es comentada a micrófono abierto en todo el mundo”. Los ganadores vinieron (pues se dice “se recibió a los ganadores de los premios”) de Ecuador, Gales y Bruselas.





Me entero que en 1981 se celebró el 10º Aniversario del vuelo de Jet Air entre Bruselas y Alicante, con un fam trip y apoyo publicitario, o que 300 agentes de viaje británicos iban a celebrar en Benidorm, en noviembre, la convención de Ellerman Sun Flight.





Benidorm desarrollaba en 1981 su campaña “Benidorm, ¡Siempre!” por 21 ciudades del país y que se entraba en la fase de recibir a vendedores de mostrador y de programa para que conocieron in situ el producto y a su regreso de Dauville estaban programando la asistencia a las ferias de Dijon y Toulousse a través del interés de mayoristas de ambas ciudades. Obviamente la asistencia a la BIT de Bruselas y FITUR Madrid estaba en órbita, bien en solitario o con el Patronato Provincial de Turismo o la Secretaría de Estado.





Concluye el Boletín del Turismo, nº 1, con una declaración de intención: “las acciones promocionales realizadas por el Ayuntamiento de Benidorm han de ser de tipo general, evitando por todos los medios la posibilidad de que beneficien desigualmente a los distintos sectores del turismo local”. El Ayuntamiento vende el Producto Benidorm, se recalca.


Ya se habla de “mejorar la imagen” y “mantener el prestigio de la ciudad”; pero se exige a los promotores locales consolidar los contactos, “lo que corresponde por entero a la iniciativa privada”. Y se explica: en Deauville, “la labor municipal está ya realizada. Ahora son los propios industriales los que tienen la palabra”. Y va a más el Boletín: además de explicarles sus cometidos se pregunta: “¿aprovecharán la ocasión o esperarán a que se les lleve en bandeja el contrato?”.


No voy del CSI, ni soy émulo de Mr. Holmes, pero me juego el cuello de la camisa a que puedo identificar perfectamente al autor de la misma. El paso de los años no le ha hecho cambiar. Y ahí sigue.




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