25 may 2010

¡Qué martes!

Bueno, pues ya saben aquello de “en martes…”. ¿Qué tienen los martes? Ya sabíamos lo de Bob Geldof, con Boomtown Rats, de “I don’t like Mondays”; pero eso eran lo lunes. Y ahora los martes. Los viernes están tocados y los miércoles tienen su aquél. ¿Cuántos días nos van a dejar de buenaventura? Uno no es que vaya de supersticioso, porque también hay supersticiones de buena suerte, pero las cosas se ponen tibias un martes como éste.

Miren: entra en vigor la nueva Ley recaudatoria de Tráfico (no se pueden recurrir las multas y hay descuentos por pronto pago); entran en vigor las nuevas medidas de recorte económico a funcionarios públicos; el FMI dio ayer tarde un toquecito de atención al Gobierno del Reino de España y… las bolsas a la virulé (ahora mismo está cayendo por debajo de los 9.000 puntos; un 3’73 %,; toda la tabla en rojo); los Ayuntamientos se han enterado hoy de que no podían suscribir créditos de endeudamiento… y a las nueve y pico de la mañana el Gobierno que no da bandazos ha dejado saber, porque venía publicado en el BOE -pero ¿quién lee el BOE en el desayuno?-,que retrasa a enero 2011 tal prohibición, que el tal ZP tuvo a bien no comunicar a sus alcaldes en el mitin ilicitano en el que dijo que todo lo hace por el bien de España; se apuesta por modificar el TC cuando hace un mes el tal ZP decía que estaba fetén, y vemos en la prensa a dos andaluces -Montilla y Chaves- necesitando de un traductor para entenderse en el Senado; el Día de las Fuerzas Armadas pende de un hilo por si los extremeños perificados no son capaces de acallar los silbidos al tal ZP cuando se celebre; la campaña de promoción de tal acontecimiento es de un Ejército de la Señorita Pepis y, para colmo, el paro ha triplicado el rescate anticipado de planes de pensiones, mientras la CAM ha pasado de Rato y, algunos cuentan, se ha aliado -fusión fría por medio- con cajas sociatas. Hombre, que yo recuerde, la fusión fría que yo conocía, reacción nuclear -faltaría más-, fue uno de los fraudes más famosos de la ciencia en tiempos modernos (allá por los finales de los ochenta). Quien sabe; es martes.

Y menudo martes. Ayer mismo me pasaba un amigo la tabla de descuentos salariales que se va a hacer más famosa que la de los logaritmos neperianos antes de la regla de cálculo, que me encantaba, y de las calculadoras. Me dice, por e-mail, que los sueldos bajan entre un 0’56 y un 7%, al tiempo que me recalca que “la reducción no afecta a los altos cargos y representantes políticos de otras administraciones –le he pedido que me explique eso de “otras administraciones”-, así como tampoco a los trabajadores de empresas públicas como RENFE, AENA y RTVE”. ¿Pero de qué vamos? Luego, la puntilla me la pega otro e-mail que me llega con un recorte (corta-pega) de El Semanal Digital (sí, ya se me todo lo relativo a la fuentes, fontanas y surgencias, cársticas incluso) donde el tijeretazo que ZP se da en su propio sueldo será de casi 7.000 € pasando de prácticamente 92.000 € a 85.000 €; ¿se los gana, o es su penitencia? A los demás nos quitarán entre 168 y 1.610 € anuales. A mí, un recorte siete veces menor que el del tal ZP, me duele mucho más. No hay proporción… y yo me los gano.

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