26 feb 2014

DE VIAJEROS, REDES SOCIALES Y DESTINOS TURÍSTICOS


Nos contaron que el orden de los factores no altera el producto. Es verdad. Ayer mañana, en el IVAT.TUR, daba lo mismo por quién empezáramos y por quién termináramos la reseña.

Tras escuchar de Pedro Jareño (ex minube -minube.com- y ahora Territorio Creativo -TC-) su disección sobre el “El perfil del viajero social en España” y conocer el “Barómetro de Redes Sociales y destinos Turísticos de la Comunidad Valenciana” que nos descubrió David Giner (coordinador de programas del INVAT.TUR), resulta que jugar, lo que se dice jugar, todos en la Comunidad Valenciana juegan al fútbol este de las redes sociales… pero unos lo hacen en la Champions League, otros en lo que en mi época se llama “Futbito” (hoy, creo, Fútbol Sala), otros juegan al futbolín… y aún hay otros que persiguen un balón con cascabeles, que es otra forma de jugar al fútbol.

Desde la grada, todo es darle patadas a un balón; con los pies en el campo, sólo uno, Valencia city, sabía de qué iba la cosa. Como dijo José Manuel Camarero: “la cosa no consiste en comprar fans”, a capazos (apostillo yo).

En la jornada de ayer, en el INVAT.TUR, abrió la sesión Pedro Jareño recordando que, ahora mismo, estamos hiperconectados; luego, como viajeros, queremos seguir estando hiperconectados. Con ello llegamos al dibujo del llamado “viajero social”, aquél que se despierta con la alarma de su Smartphone, se ducha conectado a Spotify, consulta las redes sociales Facebook & Twitter & otras; atiende el WhatsApp mientras desayuna, sigue con los e-mails, consulta en la tablet lo que hace, se dirige al lugar mediante Google Maps, utiliza una aplicaciones de transporte, hace fotos y las comparte, consulta dónde comer o tomar una copa, compra entradas, reserva un hotel e incluso ve películas…

Hoy todos estamos hiperconectados y hoy todos los viajeros son (somos) viajeros sociales.

Atención, porque antes perdona un viajero social el desayuno que el que no haya wifi en el hotel; más valora un viajero social que haya muchos enchufes en la habitación, que el que el minibar esté lleno. El viajero social necesita cobertura y “conversar” en las redes.

Con estos mimbres, más de un empresario turístico debe comenzar a preguntarse, con ansiedad, porque el caso apremia: ¿conozco a mis clientes?

Y sabiendo todo esto, más de un responsable de la Administración (distintas administraciones) debe replantearse la situación actual porque el viajero social es, además, un continuo emisor de datos (de información). Y, por lo general, se trata de una información desperdiciada.

Clave en todo esto es que “el viajero social deja huellas”; entonces, “¿está preparado el destino turístico para rastrear esa huella, saber utilizarla y dejar, a su vez, huella en los viajeros?”. Esta es, sin lugar a dudas, una premisa sobre la que trabajar.

Claro, y entonces llega David Giner y expone los datos del 2º Barómetro sobre Redes Sociales y Destinos Turísticos. Y ya, de principio, rotundo y descorazonador: de 212 municipios turísticos -y 5 marcas- sólo 111 utilizan algún tipo de red social. Pintan bastos.

En el documento presentado, lo mejor es el punto 6: La opinión del experto. El experto es Fernando Maciá (Human Level Comunication). Una genialidad. La opinión de Iván Fanego (punto 7) no está de más.

Me ha gustado mucho que David anunciara la inminente aparición de un Manual de Gestión de Redes Sociales para Destinos Turísticos para ver si eso que dije al principio -lo de jugar al fútbol- puede llevarse a cabo desde algún viso de uniformidad y que al final todos jueguen al fútbol, pero en división nacional.

Para mí, Valencia -la ciudad de Valencia (la 5ª marca)-, es la que ha hecho los deberes y sabe lo que hace. Y es que, opino, lo tiene muy claro: conoce sus posibilidades y sabe cuáles son sus mercados potenciales. Y se dirige a ellos con unas herramientas que sabe manejar. Para ellos es clave no tener “fans” porque sí. Pero es que, insisto, conocen muy bien su mercado. Su producto es “ciudad”; con muchas posibilidades pero ciudad. Valencia tiene su trocito de playa y la parte del león de ciudad histórica, ciudad comercial, ciudad de cultura y ciudad de ocio. El que elige Valencia quiere un producto concreto y determinado: ciudad.

No es jugar con las cartas marcadas, pero los destinos de playa quieren jugar a un algo más que muchas veces no dan.

Benidorm es, casi, un caso a parte. Considero que llegó con retraso a esto y no le veo con ganas de estar en la pomada. Pero es que, claro, parece como que nop va con ellos. En invierno y verano goza de una fidelidad inigualable y sus “fieles” no necesitan de las redes sociales. Pero hay que aspirar a más.

Pero, si Benidorm se planteara estar en la órbita y asumiera la conectividad y una gestión eficaz de estas cuestiones; si optara por acercarse con interés y profesionalidad a las redes sociales; si sus hoteles asumieran lo del wifi antes que el desayuno y las tomas de corriente antes que el minibar… ya podríamos estar dejando atrás el futbolín para jugar al fútbol con un balón ya en suelo. Y por ahí van los tiros.

Tengo un buen amigo, Mariano Devesa, que cada mañana en Facebook se interesa por la conectividad en Benidorm. Y siempre la misma historia; él mismo se ofrece la respuesta. Aunque para preguntas y respuestas, me gustaban más las de Hermano Lobo (semanario de humor dentro de lo que cabe). El lobo siempre respondía Uuuuuuuuuuuuuuu  






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