4 oct 2017

DEL "PAPELÓN" DE LOS MOSSOS




La AN imputa a Trapero por sedición y le cita a declarar con otros de la colla independentista. La verdad es que la inacción de un cuerpo policial (desde 1983) como el los Mossos d’Esquadra es algo que me solivianta. Sobre todo porque se han dejado involucrar en el diseño involucionista del Comité Fantasma que está dando directrices a la CUP y adláteres para ganar para la Extrema Izquierda un territorio de Europa.

Los Mossos son un cuerpo policial que forma parte de uno de esos “hechos diferenciales” que algunos colegas han convertido en iconos de Cataluña obviando la verdad. Sus actuaciones evidencian que siguen estando para lo que en su día fueron creados: nacieron de parte y siguen siendo de parte.

Nacieron los “Mossos” (1719) bajo la administración borbónica (botiflers[1]) de Felipe V -y parece que aún les duele- para hacer frente a los migueletes austracistas (aguillots; maulets por aquí) del Archiduque Carlos. Aunque la Guerra de Sucesión terminó con la firma de los tratados de Utrecht (1713, Holanda) y de Rastadt (1714, Alemania), las emboscadas entre partidas de aguillots y botiflers no cesaron en Cataluña hasta finales del año 1715 quedando desparramados por el territorio muchos soldados austracistas que se dedicaron al pillaje y al bandolerismo.

Para acabar con ellos se crearon las Escuadras de Paisanos Armados Felipistas que terminaron ocupándose del Orden Público en sustitución del Somatén. Fueron legalizados un 24 de diciembre de 1721. Sus colores fueron el azul y el rojo para vincularse con la causa borbónica con la que vieron la luz.

El fundador de las Escuadras de Paisanos Armados Felipistas, se dice, fue el capitán general de Cataluña Francisco Pío de Saboya y Moura, marqués de Castell Rodrigo, militar italiano a las órdenes de Felipe V. En realidad, lo que hizo el marqués fue firmar la orden regia para que Pere Antoni Veciana i Rabassa, comerciante de mulos para el ejército borbónico y que llegó a alcalde de la villa de Valls, tuviera una guardia mercenaria que protegiera sus aportes al Ejército borbónico y sus negocios.

Y la verdad es que lo hicieron bien: en poco tiempo acabaron con el bandolero Pere Joan Barceló Carrasclet y otras partidas de las comarcas de Valls y Tarragona. Ante el éxito, otros ayuntamientos animaron a los Veciana para que implantaran Escuadras de Paisanos Armados en otros puntos del Principado…. Y los Veciana siguieron mandando los Mossos hasta el año 1836.

Perseguir aguillots, bandoleros y furtivos fueron los cometidos iniciales que luego se ampliaron al control del juego ilegal y la prostitución, así como el traslado de detenidos a las Audiencias y de policía de costumbresencargados de la represión de adúlteras o, en general, de los no cumplidores con los preceptos eclesiásticos” cuentan los historiadores.

Hace 100 años se dio carta de naturaleza al cuerpo (1817) y se fijó el vestuario: alpargatas con cintas azules, chaleco, botonaduras y sombrero de copa.

Cuando la creación de la Guardia Civil (1844) el Capitán General de Cataluña Ramón de Meer y Kindelán, barón de Meer y conde de Gra, ofició de salvaguardia de los Mossos ante la pretensión del 2º Duque de Ahumada, Francisco Javier Girón y Ezpeleta, de integrarlos en el Benemérito Instituto. De Meer no quiso: el nuevo cuerpo estatal de seguridad pública se basaba en una total subordinación al poder establecido (en Madrid) y no en el suyo como capitán general de Cataluña. La debilidad del Gobierno de Madrid lo consintió, lo que dio origen a la aparición de varios cuerpos de seguridad como el que constituyó el contrabandista Isidro Campsó Parrot, los Parrots, que fue apoyado por Madrid para tratar de contrarrestar a los Mossos. Los Parrots actuaron hasta finales del siglo XIX.

Un catalán, el general Juan Prim y Prats, presidente del Consejo de Ministros, embarcado en La Gloriosa, abolió el cuerpo en 1868. Adujo que el carácter monárquico que tenían los convertía en sospechosos conspiradores a favor de Isabel II. Los Mossos se habían vuelto muy impopulares en Barcelona, principalmente, por sus constantes enfrentamientos con las milicias liberales. La excusa de Prim fue económica: los Mossos eran mantenidos por los Ayuntamientos y las Diputaciones mientras la Guardia Civil, subordinada al poder establecido por principio fundacional, era pagada por el Estado. Les convenció.

La 3ª Guerra Carlista (1872-76) vuelve a meter en escena a los Mossos. En julio de 1874 se decreta la constitución del Cuerpo de Escuadras de Cataluña, que se circunscribió sólo a la provincia de Barcelona, quedando el resto del Principado bajo la protección de la Guardia Civil. A principios de 1875, aparecerán los reglamentos definitivos, y acabado el conflicto será un militar liberal y alfonsino, Joaquín Mola Martínez, el que reorganizará el cuerpo al servicio de la monarquía liberal. En 1903 se modernizaron: abandonaron el anacrónico sombrero de copa y las poco efectivas alpargatas. Dependían de la Mancomunidad (Unión de las Diputaciones, que los pagaban) del Gobierno Civil y de la Capitanía General, pero la Dictadura de Primo de Rivera abolió la Mancomunidad (1925) y los dejó en cuadro. Con la proclamación de la República (1931), la restaurada Generalitat asumió el mando del cuerpo, y durante los mandatos de los presidentes Macià y Companys se dictaron las primeras leyes para convertir a los Mossos d'Esquadra en la policía integral de Catalunya, aunque nunca se desplegó.

Durante los hechos del 6 de octubre de 1934 (proclamación del Estado catalán) se mantuvieron fieles al President de la Generalitat, por lo que fueron desarmados. El 31 de enero de 1939 fue suprimido el Cuerpo.

Pero la historia de los Mossos es, digamos, “más moderna”. Arranca en plena dictadura franquista: en 1950 el Ministerio de Gobernación permite a la Diputación de Barcelona, presidida por Joaquín Buxó-Dulce de Abaigar, Marqués de Castelflorite, la organización de una Sección de Mozos de Escuadra (40 efectivos) que entró en servicio el día de Sant Jordi de 1952 como guardia de Honor y protección del edificio supramunicipal.

El octubre de 1980 los ministerios de Interior y Defensa renuncian a sus poderes sobre esta Sección que pasó a depender de la Generalitat de Josep Tarradellas. Posteriormente la ley de 1983 les dio cuerpo y naturaleza que, considero yo, en el 1º de octubre de 2017 y en los días sucesivos han tirado por la borda.











[1] Botifler: partidarios borbónicos, de la flor de lis, de la bonita flor

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