30 nov 2011

DE DURBAN... Y LAS CATORCE DAMAS ESPAÑOLAS


Con Durban rugiendo a todo trapo en los teletipos informativos y los calentólogos echando el resto, estos días no se habla de otra cosa que del clima y su calentón como excusa para tratar del modelo energético que deberemos desarrollar post Kyoto, que está a punto de palmarla. Y en Durban están todos (se dice que 15.000 expertos -entre pitos y flautas- de todo el Mundo), a pesar de cómo están las economías.

No se pusieron de acuerdo ni en Copenhague ni en Cancún… y tal vez por eso han cambiado de letra -D, de Durban-… a ver si hay suertecilla.

El caso es que hay varios frentes sobre la premisa esencial de que hay que evitar que esto se caliente más… por culpa de los gases de efecto invernadero.

No se habla de otra cosa que de la influencia del hombre en el proceso.

Y va el paleoclimatólogo William Ruddiman, de la Universidad de Virginia (en Charlottesville -fundada (1819) por el mismísimo Thomas Jefferson -uno de los Padres Fundadores y 3er presidente de los EEUU-, declarada Patrimonio de la Humanidad-) y dice que el hombre incide sobre el clima ¡¡desde hace 8.000 años!!, cuando se metió a agricultor. La primitiva roturación de tierras y la expansión de la irrigación comenzó el proceso milenario de liberación a la atmósfera enormes cantidades de gases de efecto invernadero… lo que, por cierto, contribuyó, desde el primer momento, a la estabilización del clima; que todo hay que decirlo. El arqueólogo Dorian Fuller, del University College London, llega a asegurar que el cultivo del arroz en Asia es responsable de la mayor parte del metano que hay en la atmósfera… en todo este tiempo.

Y así pasan los días en Durban (que empezaron el lunes) y hemos sabido, al tercer día, por un estudio de Ernst & Young (Durban Dynamics: navigating for progres son climate change) que España -mire Ud. por dónde- continúa en el grupo de cabeza de los países que más invierten en sostenibilidad y en cambio climático en porcentaje de gasto. Increíble; ¡quién nos lo iba a decir!

Yo soy español, español, español…

En fin, que hoy hemos aprendido algo nuevo… pero no se ponen de acuerdo en qué hacer y todo eso que les ha llevado a Sudáfrica… a hablar del cambio climático.

El primer en mentar la bicha del cambio climático, un buen día de agosto de 1975, fue Wallace Broecker. El profesor Broecker se atrevió a vaticinar ya entonces (hace 36 años), echándole la culpa a las actividades del hombre, mientras investigaba las absorciones de CO2 por los océanos y estudiaba el papel regulador en el clima que tienen las  corrientes marinas, que el calentamiento global medio para el siglo XXI sería de 0’8º C. No es que esté olvidado su trabajo, pero no le dan el protagonismo que considero tiene… por que aún hoy Broecker, “el padre del palabro cambio climático”, es poco alarmista.

Y para alarmismo y seguidismo está la página de la AEMET. Buena y completa, pero en la línea de La Secta. Si atendemos a sus estudios publicados (y colgados), la temperatura media de España ha subido 0’6ºC en los últimos 50 años (con datos del periodo de 30 años 1971-2000; ya saben; clima es la sucesión de tiempos medios atmosféricos a lo largo de un periodo de, por lo menos, treinta años). Pero si tiramos de las estadísticas de la AEMET, con registros desde 1931, y ponemos las cosas en su sitio (observatorios que se han quedado en el centro de las ciudades, observatorios que han desaparecido de la red principal y observatorios de nuevo cuño) esos 0’6ºC se corresponden con los registros en las “islas de calor” de las ciudades. En puertos de montaña y aeropuertos los registros son 0’2ºC más fríos.

Sin rizar el rizo y como muy bien sostiene el profesor Jorge Olcina (Laboratorio del Clima, Universidad de Alicante), aquí, a grandes rasgos, lo único que ha aumentado es el número de noches tropicales en verano; que lo demás está como está.

Pongamos raciocinio y responsabilidad, que al sol veraniego del Sur de África se puede estar muy bien hasta el 10 de diciembre… sin alcanzar acuerdo alguno y a la sopa boba del contribuyente. Catorce damas, catorce, hemos enviado como delegación española. A ellas se han sumado el embajador de España, el cónsul, un consejero y un secretario de la embajada. 18 españoles a lo sopa boba de Durban. Total, ¿pa qué? Total, ¡pa ná!

Otrora, otras damas, las Damas Auxiliares de Sanidad Militar, en los desfiles militares por la Castellana, despertaba los más encendidos aplausos. Estas damas de Durban, ¿qué despiertan?

No dudo de la capacidad del grupo, desde la señora Rivero (Secretaria de Estado de Cambio Climático) a la última, pero… ¿de verdad necesitamos tanta experta del Ministerio ese de los Medios (Ambiente, Rural y Marino)? No he visto a nadie en la delegación de los campos de la Energía o la Industria. Y… ¿esto del COP no iba de buscar solución al tema de la energía y las emisiones?


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