30 nov 2012

DE “LA COHERENCIA” CON NUESTRA HISTORIA, QUE DIJO MARGALLO (II)



Nos quedamos ayer en la Guerra de los Seis Días de 1967...

Bueno, pues más de lo mismo en 1970 y en 1973; nosotros apoyando a los árabes y los yanquis apoyándolos desde las bases en la península…

Por cierto, una novedad, pedimos en 1973 y en la ONU la vuelta de Israel a las fronteras de 1967… y reconocimos la legitimidad de la causa palestina (porque apoyábamos la tesis de la Santa Sede de internacionalizar Jerusalén[1]). Y mientras esto ocurría nuestros servicios de información militar estaba a partir un piñón con los israelíes… porque teníamos que acabar con ETA. Y buenos operativos que se montaron (como la Operación Pasaporte). No sé, estuvimos jugando a ser el Dr. Jeckyll y Mr. Hyde… y no sé con quien.

A la muerte de Franco, la amistad con el mundo Árabe (reyes y jeques) la mantuvo, y mantiene, de verdad el rey don Juan Carlos, que también se lleva bien con su “primo” marroquí. Don Juan Carlos viajaba -y aún viaja- y eso hizo afianzar la “tradicional amistad hispano-árabe”… con lo que podemos sustanciar que Marruecos no debe ser muy árabe... y al siguiente post me remito.

Pero volviendo a Palestina y a la “tradicional amistad hispano-árabe”. En septiembre de 1979 Adolfo Suárez recibe a Arafat en Madrid ante la conmoción occidental, al tiempo que empresarios españoles se vuelcan con la industria israelí.

Y así estábamos, jugando al gato y al ratón; procurando nadar y guardar la ropa. Los tiempos estaban cambiando y tiraba el corazón hacia el mundo Árabe y la razón hacia Israel. Y aún así, en función de esa “tradicional amistad hispano-árabe”, no establecimos relaciones con Israel hasta 1986… y lo hicimos, no por convencimiento, porque ese había sido uno de los compromisos adquiriros para entrar en la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea. Éramos el único país occidental que no tenía relaciones con Israel.

Y aquí sí me quiero mojar. Durante el franquismo, la izquierda española dio un giro  copernicano sobre la causa sionista; apoyó y aplaudió tanto el surgimiento del Estado de Israel como la política de los kibutz, pero se enfrió este idilio cuando Israel mostró su potencial en el 67, y se congeló cuando la Guerra del Yon Kipur (1973). A la derecha española le pasó todo lo contrario; especialmente para con la causa palestina. El abrazo de La Moncloa entre Suárez (UCD) y Arafat distanció aún más si cabe a Alianza Popular, y luego al PP, de la causa Palestina.

Los primeros gobiernos socialistas mantuvieron las distancias, pero se mojaron. Felipe González montó en 1991, con el apoyo tanto de los EE.UU. como de la URSS… pero no de la ONU (lo que lo vició), la Conferencia de Paz de Madrid (“Paz por Territorios”). Por cierto, la delegación Palestina iba como integrante de la delegación de Jordania.

Con José Mª Aznar en el Gobierno del Reino de España cambiaron las tornas; se pasó de apoyar a denunciar el régimen palestino por su corrupción y su simbiosis con ciertos grupos terroristas. La posición española pasó a ser mucho más comprometida con los asentamientos judíos, hasta el punto de aceptar y no criticar las acciones contra Hamas.

Luego, con los gobiernos de Zapatero, donde Moratinos era ministro de Exteriores, los compromisos llegaron al máximo con la causa Palestina –en realidad, un firme rechazo al aislamiento de la Autoridad Nacional Palestina- y, el hecho diferencial, se mantuvo una política decididamente proárabe en la que se ancló, en realidad, lo de la Alianza de Civilizaciones.

ZP, un día de 2006 se puso una keffiya/kuffiya para mostrar, creo recordar, su solidaridad con ¡¡el Líbano!!, que se encontraba en guerra, una más, con Israel. Y la gente me lo interpretó como apoyo a los palestinos. Y la verdad es que ese pañuelo es propio de todo aquél territorio de Oriente Medio, no exclusivo de los palestinos… aunque Arafat “lo pusiera de moda”.

Los dos grandes de la política española -PP y PSOE- mantienen hoy sus posiciones. Yo creo que la pose del PP hacia Israel está más en sintonía con la lucha contra el terrorismo extremista que con una decidida postura pro sionista. Y también creo que la postura del PSOE está en las tesis de la Nueva Izquierda que se decanta por la simpatía hacia la causa Palestina. Pero eso es lo que creo yo, porque la realidad supera la ficción. Con gobiernos del PSOE se estableció en España lo de celebrar el Día Oficial del Holocausto (desde 2005), se puso el nombre de Isaac Rabin[2] a una plaza de Madrid y, en esa absurda política de Casas que trajo hasta Alicante (y Benidorm y Jávea) la Casa del Mediterráneo para acercarnos al Mundo Árabe (las cosas de Moratinos), a la creación de la Casa Sefarad-Israel… y la potenciación de la Red de Juderías.

Y ahora me llega el PP de Rajoy  y me sufre una catarsis (purificación emocional) y se debate entre el apoyo, o no, a Palestina en la votación de la ONU… y gana el sector de Gª Margallo… y se vota Sí.

Y parece, dicen, que hemos dicho ¡hola! al AVE Medina-La Meca… y ¡adiós! al AVE Tel Aviv-Eliat. No sé si Addelson sacará a relucir esto para dar carpetazo a su dibujo de casinos y hoteles en Madrid (que la falta de crecimiento sostenido en Europa pueden dar la puntilla), pero el lobby judío puede hacernos perder (si no lo ha hecho ya) las opciones que ahora mismo tenemos sobre el Plan Obama para los AVE en Florida y California, donde estábamos muy bien posicionados. No sé si venderemos los Leopard a Arabia Saudí por haber dicho sí a Palestina; no sé si las minipropuestas ferroviarias en Qatar, Kuwait, Oman y Bahrain pueden pesar tanto. No sé…

No digo yo que hubiéramos votado No; pero Alemania y Gran Bretaña se han abstenido y han quedado casi bien. Francia, nuestro principal competidor por allí también ha votado Sí.

No sé yo si…




[1] En la Custodia de los Santos Lugares (Bula In Supremo, Bendicto XIV, 1746), confiada a la Orden de los Frailes Menores de San Francisco, el cargo de Procurador General correspondía siempre a un español, y españoles debían ser, lo eran y lo son, los superiores de los conventos de San Juan in Montana, Jaffa y Ramala. De la Custodia dependía también la Obra Pía de España. Por todo ello existía un Consulado Español en Palestina, residenciado en Jerusalén, desde 1854. Los sefardíes al llegar a su país, se inscribían, además en este Consulado. La Administración británica respetó estas instituciones españolas, al igual que el nuevo Estado de Israel. La Obra Pía de los Santos Lugares de Jerusalén pasó finalmente a ser un organismo autónomo de Exteriores y embajada emocional para Palestina. Pero sólo emocional.
[2] Primer Ministro de Israel (1992-95), varias veces ministro de Defensa, que recibió en 1994 el Premio Nobel de la Paz, por los Acuerdos de Oslo, junto a Arafat. También fue Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, también con Arafat

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