17 nov 2012

DE OTRO COMISARIO QUE SE VA… ENAMORADO DE BENIDORM. Y VAN…



Por lo general, Medios de Comunicación y mandos policiales nos solemos llevar bastante bien en municipios como Benidorm. La crónica de sucesos es un elemento informativo, y los éxitos se publicitan bien… lo que nos viene bien a ambos. Bueno, pues en Benidorm siempre ha habido una excelente simbiosis entre plumillas y Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado. Cierto es que el comisario de Policía (o el capitán de la Guardia Civil) no conceden entrevistas, pero hay excelente relación con ellos. Siempre hay un portavoz, pero el jefe es el jefe, y es habitual un aparte o un aperitivo en la fiesta de los Ángeles Custodios (o la Virgen del Pilar), o en los actos oficiales. Siempre son receptivos.

El comisario de Benidorm ha ascendido a comisario principal y se nos va.

Han sido 9 años (casi, casi) y orgulloso comentaba a los amigos de “Los cafés del Meliá” este su paso por Benidorm y analizábamos cómo quedaba la cosa. Sí, la cosa. Y la cosa no es España; es Benidorm. Un Benidorm que genera más del 18 % del PIB de la provincia de Alicante y pelín más de un 6% de la Comunitat Valenciana, pero ¡¡qué pocos entienden esto!!

Bueno, pues él sí. Sus antecesores también; aún nos siguen visitando. Son varios y siguen volviendo en cuanto la menor ocasión se presenta, además de en vacaciones.  Puede mucho Benidorm; Benidorm engancha. Él comisario que ha dejado de serlo de la Comisaría de Benidorm se declara “enamorado de Benidorm”. Llegó, nos confesó, como escala hacia otro destino y… sus tres meses previstos se han convertido en casi 9 años: “Es que Benidorm enamora”, volvió a repetir. “No me he ido aún y ya la echo de menos”, nos dijo. ¿Qué tendrá Benidorm?

Va a una capital de provincia; le deseamos toda la suerte del mundo. Su profesionalidad hará el resto.

Aquí ha hecho una excelente labor que se manifiesta en un descenso en todas las cifras posibles con tenor de seguridad ciudadana y esclarecimiento de delitos; ha puesto en marcha servicios nuevos: información, violencia de género, informática y menores, protocolos y colaboración. Se va contento, dejando aquí legión de amigos.

Hijo de un policía que llegó a comandante, se interesó por la institución cuando el destino de su padre le llevó a Ibiza. Y no por su padre. Se buscó un trabajillo de fotógrafo en el aeropuerto -para fotografiar turistas recién llegados al paraíso ibicenco- y, mientras hacía Químicas en la Universidad, trabó amistad con los policías que atendían las entradas; los pasaportes… y terminó ingresando por oposición en el Cuerpo (Cuerpo Superior de Policía) en 1976. Su primer destino fue Bilbao (abril, 1977, estupefacientes). Luego Canarias, donde forjó su ilusión por volar y comenzó con los helicópteros. Cuando se creó la unidad de helicópteros de la Policía Nacional fue uno de los seis que la integraron. Más cursos y servicios que le llevaron por toda España.

Guarda los mejores recuerdos de las acciones humanitarias en las que participó con la unidad: inundaciones en el Murcia y Alicante (1982 y 1987), incomunicación por nevadas en Cataluña (1983), las inundaciones de Bilbao (1983), la tragedia del Monte Oíz (19.02.1985)… y de la que se siente más orgulloso y recompensado: el rescate de dos pilotos militares a 45 millas de Denia en la tarde del 12 de mayo de 1988, cayendo la luz, metiendo el helicóptero en el agua para posibilitar a los heridos acceder al interior de la nave… regresando a tierra sin aviónica.

Tras servir 18 años en helicópteros volvió a tierra y llegó a comisario en 1999 con destinos en la Comunidad Valenciana. Y el 14 de enero de 2004 llega a Benidorm, como elemento puente para otro destino… pero se nos quedó hasta hace unos días. Ahora ya tiene otro destino… que le hará añorar mucho más Benidorm.

Policía las 24 horas del día alaba la profesionalidad y, en la tertulia y con los tertulianos coincidió en que todos lamentamos la laxitud de muchas leyes y lo inapropiado de algunas reformas que sólo otorgan frustración a la labor policial cuando el delincuente vuelve a salir por la puerta de las instituciones de Justicia con lo que ha costado en horas y hombres a la Policía esclarecer hechos. La infracción no es delito… y por ahí se escapan muchos.

Una cosa sí nos dijo: la colaboración con las grandes agencias y policías de otras países es muy eficaz… pero al final los detenemos nosotros, los juzgamos nosotros y “nos los comemos” nosotros, con lo que cuesta. Y no le falta razón.


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