9 jul 2013

DE LA SITCOM “BENIDORM” (ITV-1, UK)… YA TIENE UN ESTUDIO ACADÉMICO (y II)


Decíamos ayer” al respecto de la sitcom Benidorm y del estudio del profesor Casey que para todos ellos, tanto para el profesor de la Universidad de Newcastle como para los guionistas y actores de la sitcom, “¡Benidorm es el "secreto mejor guardado del Mediterráneo!”.

Coinciden todos los expertos -y Casey cita a decenas de ellos en su estudio- en que es clave para el éxito de un destino turístico la poca interrelación entre turistas y autóctonos: “los turistas suelen tener poco contacto con la población local”. Y en Benidorm, tanto en la ciudad como en la serie, es así: Guirilandia es Guirilandia... ajena al resto de la ciudad. Pero es que más de una Guirilandia entre los rincones de la ciudad.

Mateo, el camata español de la sitcon Benidorm
(Jake Kanuso)
La excepción a esa “ausencia de contacto” es el “camata” español, Mateo (interpretado por el actor Jake Canuso), y el sociólogo lo sitúa como un estereotipo de unión entre ambos universos: el local (español) y el turistas (inglés de clase trabajadora). Y a ese respecto Casey señala: “No es más que amable y servicial cuando quiere algo que por lo general consiste en dinero o una relación sexual con uno/una de los turistas”. Y, por cierto, lo fundamental es que “sus deseos sexuales representan otra de las fantasías británicas sobre un camarero mediterráneo sexualmente hiperactivo…”.

Me llama la atención, y me congratula, que para el investigador Casey resulte que “el modelo Benidorm es útil para entender las motivaciones turísticas y experiencias de los protagonistas… (tanto los turistas como los protagonistas de la sitcom) porque el turista recreativo (dice Casey, que dice Cohen señalando a los británicos de clase trabajadora de vacaciones mediterráneas) disfruta de su viaje, ya que le restaura sus facultades físicas y mentales, dándole una mayor sensación de bienestar…”. Es que resulta, insiste Casey, que el turista británico de clase media que viene a Benidorm convierte “sus vacaciones en un escape al aburrimiento y la rutina de su vida cotidiana”… aunque eso es lo que hacemos todos -independientemente de la clase social- cuando vamos de vacaciones… a donde sea. Pero la diferencia está, pontifica Casey, en que este tipo de turismo no establece la adhesión a un centro de referencia concreto… pero sus viajes anuales a Benidorm les permiten escapar de la dura realidad económicas que les espera en su ciudad y se divierten al máximo antes de regresar a una inmutable realidad”.

Elenco de actores británicos de la sitcom Benidorm
La sitcom Benidorminvita los espectadores británicos (futuros turistas) a reflexionar sobre cómo se desarrollan sus identidades personales durante sus vacaciones”, y resulta que eligen Benidorm (destino) porque “Benidorm se presenta como un complejo de ocio donde el capital cultural de los británicos, blancos y de clases trabajadoras, tienen dignidad y valor”.

En realidad, mantiene Casey, lo que hace Benidorm es dar dignidad y valor a esas relaciones, “complejas interacciones con otras personas de diversas identidades y clases sociales de una misma clase trabajadora” con un denominador común: “la búsqueda de placer y diversión durante su estancia en Benidorm” que es más fuerte que la misma esencia de un atractivo cultural.

Me encanta leer -y al mismo tiempo me aterra- que la auténtica preocupación de la clase obrera inglesa sea que” no exista una España sin el sol español, sin alcohol, sin comida inglesa, sin la piscina y sin el entretenimiento nocturno”. Y es que -resulta que-, mantienen varios autores que cita Casey, “las personas recurren a las características descriptibles de lugares y sitios turísticos para construir sus identidades” y Benidorm se las ofrece. Fascinante que Benidorm, como otros muchos destinos turísticos, contribuyan a ello.

Hace muchos años que el amigo José Miguel Iribas, el sociólogo, me contaba lo de las tres “eses” de Benidorm (en inglés): sexo, sol y arena (sex, sun & sand). Ahora Casey pontifica que “los personajes de clase trabajadora que vienen a Benidorm (basándose en la sitcom Benidorm) no persiguen la búsqueda de la cultura española; solamente las delicias de la vida nocturna de Benidorm, o las posibles hazañas sexuales que puedan realizar incluso en sus playas”. La realidad es esta: la sitcom refleja la fiel realidad.

Finalmente, hay una dualidad que se pone de manifiesto en el estudio. Resulta que “en la planificación de las vacaciones los turistas de clase media desean estar lejos del turismo de masas para que les permita acceder a experiencias "auténticas", experiencias que dicen que el turismo de masas, con su comportamiento, destruye…  incluso el turista de clase media es capaz de posicionarse, por ello, como "buen turista” aunque es culturalmente consciente de que su comportamiento es apropiado (y no lo es).

Ante esto mantengo yo que al final ese turista buscará la identidad con los suyos; ser parte de la masa porque así es como se lo pasa bien.

"El Oráculo"
Y como colofón, la parte crematística. Concluye Casey que este turista de clase media británica que viene a Benidorm (y a otros destinos) se deja un dinero que lo hace ser considerado como un “turista adecuado o deseable”: “Este turista de clase media se posiciona como ‘turista deseable’ por parte de las autoridades turísticas… Cuando hablamos de calidad nos referimos a un nivel aceptable; un nivel de turistas que tienen un cierto poder adquisitivo… nada extraordinario”… pero es el turistas que se deja el dinero que trae. Invierte en felicidad, y volverá.

En fin, un turismo denostado pero que funciona.

Resulta que los ingleses se ríen de sí mismos en la sitcom Benidorm y evidencian la realidad social que les circunda.

Pero la serie se llama Benidorm… cuando el río suena…







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