30 nov 2014

DE ESO DE ESTUDIAR TURISMO EN ESPAÑA


El 24 de noviembre contaba El País (yo lo leí ahí) que “Turismo y Forestales son las carreras conpeores salidas”. Se refería a la Diplomatura en Turismo y a la Ingeniería Técnica Forestal porque “uno de cada dos titulados han acabado empleados en algo para lo que no necesitaban ningún tipo de cualificación”, y salía así a relucir el mapa de laempleabilidad de este país, donde se exponían las vergüenzas de nuestra realidad. De todas formas, no se me alboroten porque en esto faltan dos datos objetivos y fundamentales: tanto el porcentaje de ocupación efectivo de estos titulados y las opciones de trabajo que te ofrece el mercado. Es que de la facultad o escuela técnica pueden salir muchos… y no ofrecer tantos puestos el sector para asimilarlos. Así pues, el titular es más sensacionalista que real; pero duele lo mismo.

Miren ustedes: lo de Forestales lo puedo llegar a entender. Ya lo hice en los años 70 y al soniquete de aquella frase que decía “Cuando un monte se quema, algo suyo se quema… señor Conde”; frase que aviesamente deslizó Jaume Perich para su libro “Autopista” (la “réplica” asfaltada a “Camino” de Monseñor Escribá de Balaguer) en aquellos años en que por la tele (la única que había) junto al “yo sí como patatas” salía el conejito forestal del ICONA, en pleno desarrollismo patrio, a decirnos que no tiráramos colillas. Aquí, del monte, se sigue pasando mucho, señor Conde.

Pero, oiga, lo de Turismo -lo de los estudios de Turismo-… se me hace muy cuesta arriba.

Vamos a ver: en un país que vive del Turismo -aunque alguno no lo quiera reconocer- ¿cómo es que estudiar Turismo no sirve de nada? No será que siempre hemos dicho que para el turismo valían todos… y resulta que no, pero nos sacan del apuro.

Yendo a más: ¿no será que la titulitis -en general- no ofrece lo que demanda el sector o los que mandan en el sector? Pero es que, además, la calidad del empleo turístico por la vieja piel de toro, e islas adyacente, deja bastante que desear; tanto, tanto, como la remuneración. Y así, resulta que, para la mayor parte de los puestos de trabajo ofertados en el amplísimo sector Turismo no se necesita ninguna titulación; entonces, ¿para qué estudios?, dirá alguno.

Hasta ahora bien, algunos dicen que venía, funcionando lo del ‘¿sabe idiomas?, mejor; ¿bien parecido/a, educado/a y sonriente?, cojonudo… i de diners, ja en parlarem’. Sí, la cosa dicen que está chunga y la rentabilidad tiene estructura de una manada elefante columpiándose en la tela de una araña, por lo que los sueldos también dejan mucho que desear.

Hasta ahora, si el sector pide recepcionistas, formemos a los mejores recepcionistas del mundo. Y eso lo dicen porque las políticas y las decisiones turísticas ya las toman los economistas, los abogados y los políticos desde sus despachos y a la vista de unos informes. Sí, hombre sí, estos también salen de fin de semana, o en verano, a comprobar cómo va la cosa, pero siguen a lo suyo. Es que yo me conozco, y le profeso tremenda admiración, algún director de hotel de Benidorm (tanto recientemente jubilado como en trámites de hacerlo) que comenzaron de botones y han dejado constancia de capacidad de gestión, liderazgo, toque social y generación de beneficios; me conozco a más de uno -director general y director comercial- de aquella tanda que obtuvo su título de actividades turísticas con sólo enseñar el careto; y hasta me conozco a un profesor universitario que comenzó de ascensorista y vivió el mundo de la recepción hasta el máximo nivel, que dejó para ir a la docencia universitaria -ahora dirige la Cátedra Pedro Zaragoza Orts- y lo ha dejado plasmado en su libro “Desde elvestíbulo de un hotel”.

Pero es que la realidad supera la ficción. Vale que las bases, las estructuras turísticas, sean las de ayer; pero ahora estamos ante nuevos consumidores y ante un nuevo concepto, trepidante, de Turismo. Y más que eso, estamos ante nuevas maneras de entender lo de los viajes -y de estructurarlos, componerlos, organizarlos y desarrollarlos-; las NNTT lo han revolucionado todo y hay nuevos papeles que asumir. Y sí, se necesitan nuevos profesionales bien formados. Y profesionales es lo que la Universidad y las Escuelas de Formación profesional generan; nuevo valor para las empresas turísticas que debe ser correspondido económicamente.

Y para complicarlo todo está la especie humana. Porque -aún en el caso de que salgan formados en las nuevas necesidades del Turismo desde la Universidad-,¿les van a ofrecer la posibilidad de demostrar su preparación?, ¿les van a retribuir esos conocimientos y formación? Las arcaicas estructuras no permiten explotar la novedad del formado. Por lo general, las empresas turísticas saben de la nueva teoría turística un montón, pero temen ponerla en práctica porque ya no serán los tradicionales empresarios los que la van a manejar el cotarro; serán los nuevos técnicos, y delegar es de lo más complicado para según qué mentes. Y es que, además y por encima de todo, cuesta pagar a expertos de algo que se les va de las manos a quienes han dirigido desde siempre el tema.

Hoy el turismo pasa por el trato al cliente y la comercialización del producto; la celeridad de los dispositivos, amparados en la Internet, y las volubles tendencias -y hasta de hábitos- de los clientes que deben ser tenidas en cuenta. A la hora de efectuar la aplicación práctica de las novedades es donde nos duele; pero es que fallamos.

Yo, en la listita esa de “carreras que sirven para poco” estoy en los puestos 10 y 24, con lo que puedo opinar poco, o más bien nada; pero puedo hacerlo desde el resentimiento. Por que cuando salí de la Universidad, cuando fui eso que llaman un egresado -reincidentemente egresado-, ya me habían dicho lo que había estudiado -y asimilado- ya había cambiado. Y eso que yo hice una Geografía que en su mayor parte era -y es- “Aplicada”, muy interesante, eficaz, útil y nada teorética; y también voy por la vida de periodista, que esa es otra… Y van dos.

Pero la culpa de todo esto la tenemos nosotros. En un país eminentemente turístico, hasta hace unos pocos años, no dimos rango universitario al Turismo (a los estudios de Turismo) y aún es muy pronto para opinar, con certeza, de la empleabilidad de los formados, pues son muy pocas las promociones modernas que han salido.

Pero es que otros lo tienen bastante peor. Fijémonos en los puestos 3, 4 y 5 (medalla de bronce y dos absurdos diplomas olímpicos) del ranking este. Tenemos por ahí a los licenciados en Gestión y Administración Pública (resulta que había universitarios de este ramo y mira cómo nos ha salido la cosa de lo público), Relaciones Laborales (claro, si contratan con cuentagotas estropeado, ¿cómo no iban a estar de tocados los del ramo) y Ciencias Empresariales (uyuyuiiii). Para llorar.

En fin, esto hay que hacérselo mirar. Hay que romper una lanza por lo de los Estudios de Turismo. Conozco a la gente del Grado en Turismo de la Universidad de Alicante; sé que ofrecen una formación generalista para una amplia variedad de perfiles entre la Economía y la Empresa y entre la Planificación y la Gestión de los Recursos Turísticos, con preferente atención a las TIC. Sé que hay otros grados y que costó lo suyo que se pusiera en marcha. Sé del trabajo del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la UA. Sé que la UNED en Benidorm ofrece también un Grado en Turismo; ayer celebró el centro su 20º Aniversario en la ciudad… y el grado en Turismo es el más reciente (primer curso, 2013/14; ahora estamos en el segundo).

Así que, 18 años después de comenzar la UNED en Benidorm, la ciudad-turismo por excelencia, empezó la UNED-Benidorm a aplicar su Grado en Turismo. ¿No será ese el principal problema?, el retraso.  






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