14 jul 2015

DE DAR LA IMPRESIÓN, LA FUNESTA IMPRESIÓN…


Dio la impresión ayer que ABRECA, OCIOBAL y AICO habían salido al ruedo a toque de corneta socialista a torear un morlaco oportunista y sin trapío. No sé, las familiaridades con algún nombre dieron alas a la suspicacia, y, la verdad, muy mala impresión. Es más, no venía a cuento ni anunciar que “sería bueno que otros grupos municipales apoyaran la moción” socialista, ni anunciar intenciones que no sabemos si ellos mismos materializarán.

Hombre, sabemos que esas organizaciones existen; no hacía falta que se manifestaran de forma trina y teledirigida para anunciar supuestos supuestos.

Comenzar diciendo que quieren “unificar criterios” porque lo del ‘todo incluido’ resulta que “perjudica la imagen de Benidorm” es no decir nada. Si tienen que unificar algo, háganlo. Y luego, si quieren, nos cuentan el resultado.

A mí, ambos cuestiones me suenan a salida de pata de banco. Ojo, matizaron que “no se quejan del Ayuntamiento”; entonces, ¿de quién?, ¿ante quién? y, lo más triste, ¿por quién? Reclaman el papel mediador de la Fundación Turismo Benidorm… que no sé yo si está para estas posibles cuitas.

Vale que estuvo muy bien señalar que necesitamos saber “qué clase de turismo queremos”, que es coincidir con lo que algunos venimos pidiendo ya algún tiempo atrás. Lo menos… los últimos 29 años. Pero yo lo digo por el modelo de ciudad, que ellos ni sé por qué lo dijeron.

Con lo que no veo yo posible ni siquiera construir castillos en el aire es con lo de “podemos trabajar conjuntamente -¿con los hoteles?- en buscar una oferta común” para luego decir que “sabemos que son exigencias de los TTOO que presionan a la planta hotelera”. Pues para eso no hacía falta avisar; se reúnen y en paz. Luego cuentan lo bien que les ha ido. O  no.

No, estas cosas se preparan mejor. No se puede salir a dar la cara con tan buenas intenciones y sin ningún argumento válido y, mucho menos, de peso. Te la cortan, te la cruzan. Y ayer, más que inquisidores en este extremo de la mesa, vi madrecitas de la caridad.

Es que hubo cosas que chirriaban: “este tipo de turismo -el de ‘todo incluido’- frena la inversión”… cuando luego dices que es que “bajamos tanto los precios que llega lo que llega”; incluso espetar que se producen en los hoteles “competencias que no son leales” con cosas como que “tenemos que valorar el tipo de cliente que queremos”. ¿?

Muchos frentes y muy amplios para tan pocos soldados, tan desanimados y tan poco pertrechados, para siquiera abárcalo. Muchos mandos y otros tantos intereses. Y cada soldado de un Arma distinta. Así no se puede hacer la guerra.

Hasta dónde yo llego, uno va a dónde quiere y gasta lo que quiere en función de lo que tiene o se quiere gastar. He visto mochileros en destinos de lujo inflándose a bricks de leche y madalenas los 4 días que disponían; pero no faltaban al sarao nocturno con sus mejores galas y consumían sus bebidas un billete encima del otro. Y nunca he disfrutado de un ‘todo incluido’ porque mi forma de viajar y hacer turismo no ha entrado aún en una coincidencia de órbitas; pero no lo descarto.

Otra cosa es que mucho protestar de que los hoteles en Benidorm apenas, dicen, representan un porcentaje mínimo del total, y copan la dirección de la política promocional y luego son el principal problema. Pero si esto es cuestión de moverse y poner euros encima de la mesa. Euros que son cifras.

Y que no sea por cifras. ¿De qué hablamos?, ¿de 45.000 plazas hoteleras? Pues hasta 180.000 que parece que podemos dormir cada día en la ciudad por aquello de estudiar y analizar los consumos de agua y electricidad y producción de basura… pues resulta que estamos hablando del 25% del personal, con lo que el otro 75% está libre para disfrutar de todo lo que se oferta y no entra en confrontación con el ‘todo incluido’.

Pero vamos a más. Unos, los hoteleros, dicen que ese sistema no llega al 20%; otros, los afectados de la rueda de prensa de ayer, dicen que ese sistema llega al 33%.  Bueno, pues pongámonos en defensor de los afrentados y aceptemos 33% como animal de compañía… y ante el 33% de 45.000 estaremos hablando de 15.000 plazas en el ‘todo incluido’.

Total, que todo este numerito por 15.000 turistas quedando el resto de los durmientes, 165.000, para “quemar” todos los locales imaginables de Benidorm porque aunque un buen porcentaje seamos residentes, también, nos da por salir a consumir, comprar o lo que sea. Vamos, que yo en verano no me gasto el subsidio en el hotel y sí en el resto de Benidorm.

Voy a más. Metamos en la ecuación toda esa población flotante que viene, disfruta y se va -que no pernocta-; que bien podríamos cifrar en 50.000 más un día cualquiera del verano, aunque algún fin de semana de canícula estival puede duplicar las cifras iniciales de población; pues nos colocamos en 230.000 de a pie e incluso más (que lo hemos comprobado por los consumos y producción de RSU).
Y resulta que la rueda de prensa de ayer viene por 15.000 cuando hay más de 200.000 dispuestos a comerse el resto.

Y me dicen que en los hoteles hay hasta tiendas. Y ¿qué pasa?, ¿Qué el turista está todo el día comprando en esas tiendas ropa y relojes a troche y moche? Y, al mismo tiempo y  por otro lado, nos quejamos del comercio que muchas veces ofrecemos. Lo del lunes 13 no lo entendí.

De veras que no lo entiendo. Por ahí hay 8 o 10 estudios que señalan que la opción ‘todo incluido’ en destinos urbanos es elegida por los ‘hechos diferenciales’ (actividades y prácticas), más que por la bebida y comida a gañote (que no suele ser Top chef); que la gente abandona el Parnaso (la morada de Apolo y las Musas; donde está la fuente Castalia) y se mete de lleno en el infierno de la ciudad. Vamos que el turista de la pulserita abandona el campo de concentración y voluntariamente sale a disfrutar del entorno, que para eso lo tiene a tiro de piedra. Que otra cosa es estar en medio de la nada; y hay estudios para ambos extremos. Y menos mal que aún nadie ha piado del ‘ultra all inclusive’ que, entonces, es de ¡apaga y vámonos!; ahí entran hasta las revistas.

Según el ‘Big Data’ del Tourism Intelligence International (2013) las principales razones para el ‘todo incluido’ son “la mejor relación valor/precio, el conocimiento inicial del coste de las vacaciones, el ser idóneo para el turismo familiar y, fundamentalmente, la oferta de entretenimiento que acompaña”. Bien, pues compitamos contra eso.

Y como dijeron los convocantes de calcular el impacto de esos quince mil (15.000); pues ¡hagámoslo! Calcularlo es bien fácil: echa uno mano de la Encuesta de Gasto Turístico, de los catálogos turísticos con precios, de los aspectos económicos generados por las empresas turísticas de la ciudad y hasta con el IVA generado por las cañas de cerveza y… ¡coño!, que encarguen el trabajo a quien puede hacerlo con óptica científica. ¡No tenemos una cátedra de Estudios ‘Pedro Zaragoza Orts’, y un Invat.Tur, y un Instituto Universitarios de Investigaciones Turísticas, y una Fundación Turismo Benidorm… ¡contrátenlos! Incluso a algún geógrafo y periodista en paro, como yo, es capaz de montar un mínimo equipo multidisciplinar y presentarles números y conclusiones para tomar decisiones.

Si es que lo que no puede ser es que estemos saliendo a dar la cara por quien no se lo merece. Han estado unos años en la poltrona y nada más salir sacan a relucir el tema… que debió comenzar el 25 de mayo. Y el problema es el seguidismo: hay quien les sigue.







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