La verdad es que, hablando de política turística, me falto
en el post anterior contarles que a raíz de la aprobación en el 62 de un
informe sobre la Economía española (realizado por el Banco Internacional de
Reconstrucción; hoy, Banco Mundial) en España comenzamos a entender lo que era
el Turismo, macro económicamente hablando.
En él se le explicaba a los de aquí que nuestra posición geográfica iba a ser determinante para nuestro futuro
en materia de turismo, pero que el Régimen tenía que ponerse las pilas. Recomendaba ordenar el desarrollo. Para
ello pusieron a Fraga en el Ministerio del ramo y se dedicaron a incluir en la
planificación estratégica (Planes de Desarrollo I [64-67], II [68-71] y III
(72-75]) capítulos específicos sobre el turismo, porque se entendió que el
Turismo servía, hasta, para ordenar el territorio. Otra cosa es que algunos
agentes del proceso se lo saltaran a la torera.
El caso es que, podemos decir sin problemas que, esa
ordenación es la asignatura pendiente y ha lastrado muchas iniciativas. Y en con
ese nueva sensación de que esto funcionaba se celebró, tras algunas asamblea
provinciales (pocas), la 1ª Asamblea
Nacional de Turismo (1964) que sirvió para aquellos de consolidar el “Spain is different”, las fiestas de
Interés Turístico, las denominaciones geo-turísticas (Costa Blanca, por
ejemplo), el Seguro Turístico, la Orden del Mérito Turístico y la promoción
especial del Turismo de Caza y Pesca pensando, más que en nadie, en las habilidades
de El Caudillo.
La verdad sea dicha: el “Spain
is different” (¡Viva la diferencia!) sigue siendo un acierto. Y no es de
los 60; que es de finales de los 40. De 1948, de la DGT de Luís Bolín; y se
originó a partir de un “Spain is beautiful
and different”.
Ya en faena de eslóganes y en honor a mi amigo Cecilio que
pena porque insistamos, una y otra vez, en lo de Benidorm, capital Europea de Sol y Playa,
echaré un vistazo, aquí llegados, a este vector promocional que está cayendo
(dicen los gurús de esto) en el olvido. Se me acuerdan -y si no, aquí estamos
para recordarlo- eslóganes del tipo “Pase Ud. Sin llamar”, “España
es simpatía” y “Su lugar de reunión” -años 70-; “Todo
bajo el Sol” bajo el cartel ‘del Sol de Miró’ y que se reformó hasta un
“España,
todo bajo el Sol” y hasta un escueto “Smile!” (que está Ud. En
España de vacaciones) que primó en los 80; los muy british de los años 90, del tipo “Passion for life” y “Bravo
Spain” que, siguiendo la modo de la lengua de Chéspir nos llevó en el XXI al “I need Spain”.
Pero volvamos a los 70. En 1973 ya tenemos el primer
diagnóstico de errores cometidos. Y sólo habíamos empezado con esto. El
documento emana de la Comisión que preparaba el IV Plan de Desarrollo (76-79);
el que nunca llegó a activarse porque las sucesivas crisis del petróleo le
alteraron los cálculos y la muerte de Franco le cerró las puertas. Si el 3er
Plan ya estuvo tocado por petróleo y por la lentitud en su puesta en marcha, el
4º ni te cuento.
Pero los técnicos hicieron su trabajo y la Comisión denunció
la congestión de zonas del Mediterráneo
y de Baleares, constató que la
estacionalidad era un hándicap, criticó
la especialización -por zonas- en determinados mercados emisores y avisó de
los problemas de esa dependencia y la
excesiva apuesta por el producto Sol y Playa, obviando otros. Conclusión: cierto agotamiento del modelo en función de
la política turística llevada a cabo.
A la vista del informe, y con la que estaba cayendo, el
propio sector comienza el proceso de adecuación a la realidad, más que de
modernización. El panorama de 1974 era desolador en los mercados exteriores.
Tanto el efímero Pío Cabanillas Gallas
(ministro entre mayo y octubre de 1974; cesado por culpa de “La prima Angélica”[1]; los
problemas de compartir ministerio el cine y el Turismo) como León Hererra Esteban (octubre 74 a
diciembre 75), su sucesor, lanzan lo que se llamaron Paquetes de Medidas
Urgentes que sólo parchean. Un detalle: el paro (y era otra forma de
computarlo) pasó del 2’50 de 1973 al 14’03 de 1980. ¡Vaya trago!; pero es que
el precio del barril (crudo Texas) se puso en ese mismo periodo de los 20 a los
100 $. Y con esos mimbres, ni turismo, ni cestas.
Los 70 fueron de convulsión. Nada más morir Franco, Arias
Navarro nombra Ministro a Adolfo Martín
Gamero que lidia la etapa como puede hasta julio de 1976 en que Andrés Reguera Guajardo capeará el
temporal hasta la celebración de las elecciones democráticas de junio de 1977
que iniciarán una nueva etapa para el turismo.
Tal es así que el día
4 de julio de 1977 le dan carpetazo al Ministerio de Información y Turismo.
En su lugar crean la Secretaría de
Estado de Turismo en un nuevo departamento llamado Ministerio de Comercio y
Turismo. Su primer titular sería José
Antonio García Díez al que acompañará un veterano director general con los
anteriores ministros franquista, Ignacio
Aguirre, como Secretario de Estado para el Turismo.
En mayo de 1980 llegará a ministro el “alicantino”[2] Luis Gámir. No tuvo tiempo para nada
porque su permanencia en el Ministerio fue muy corta; en octubre ya me estaban
fusionando Comercio con Economía y mandaron al Turismo, como Secretaría de
Estado, a Transporte y Comunicaciones, que sería el Ministerio de Turismo,
Transportes y Comunicaciones, con Gámir, nuevamente, de Ministro… Pero esto nos
lleva ya a la década de 80…
Lo más novedoso: la creación (04.07.77) de la Secretaría de Estado
de Turismo, el reforzamiento en funciones del Instituto Español de Turismo y la
reorganización de la Administración Turística española en el marco
constitucional.
La Constitución del
78 es importante, además, porque abre la puerta a las competencias de las
Comunidades Autónomas en materia de turismo. Las CCAA podrán planificar la
actividad y ordenar la industria turística. Vamos, la descentralización.
Camino a la España de las Autonomía, que se veía venir, en
materia de Turismo se puso en marcha un Plan
de Modernización hotelera (aumentar calidad y limitar la oferta), la Declaración de Territorios de Preferente
Uso Turístico, la Ley de Espacios Naturales Protegidos contó con
Reglamentación. La normativa de precios dio un salto cualitativo: libertad de fijación de precios
(15.09.78). Y luego acciones sobre costas, puertos deportivos, apartamentos y
viviendas turísticas vacacionales y algunos detalles más que marcarán la nueva
década.
[1]
“La prima Angélica” es un película de
Carlos Saura que obtuvo el Premio del Jurado en el Festival de Cannes y no
gustó nada a Franco.
[2]
Fue diputado por Alicante en un par de ocasiones: 77-79 y 79-82. Luego lo fue
por Murcia; cosas de cuna.
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