21 feb 2012

DE… BENIDORM-MARBELLA, UN ABISMO DE DIFERENCIA



La arquitecto Elena Cabrera Vacas, quinta beca de la Jaap Bakema Foundation, ha analizado los desarrollos urbanísticos de Benidorm y Marbella y la revista A10 New Europeam Architecture ha publicado un resumen que lo deja todo a las claras. Hombre, en el resumen original hay una elocuente foto de Jesús Gil que ilustra el trasfondo. A Elena Cabrera le gusta Benidorm, y lo argumenta.

En el artículo A gulf apart: Benidorm & Marbella (A10, Eurovision, nº 43; páginas 55 a 57) lo deja bien claro: “dos enfoques diferentes… la ciudad vertical y la expansión horizontal”.

La descripción de la invención de ambos emporios turísticos es somera, pero altamente eficaz. Cita, como no puede ser de otra forma, la visión de Pedro Zaragoza, don Pedro, y la labor del sociólogo José Miguel Iribas -y su frase predilecta: “para Henry Lefebre, Benidorm es la mejor ciudad nueva (habitable) desde la IIGM”- llegando hasta de la “el espacio urbano de Benidorm es el espacio turístico por excelencia” que se vive desde el trabajo premiado.

Lo dicho, Elena Cabrera se decanta por Benidorm: “es mejor un Plan General para todo el término municipal, como el de Benidorm-1956- que una sucesión de planes parciales orquestados para el desarrollo rápido”, con lo que “el tejido urbano de Benidorm ofrece continuidad en el paisaje urbano y genera una gran variedad de atractivos”.

El espacio público de Benidorm define su personalidad urbana”; memorable.

La estructura de Benidorm, dice, “estimula y anima la escena urbana”.  Y va a más: “La elección del modelo urbanístico define la colonización de un territorio y la escala”. Por eso, señala Elena Cabrera que “si alojáramos a todos los turistas del mediterráneo español con el modelo Benidorm, de hoteles, sólo necesitaríamos 9 ciudades -como Benidorm-, pero si lo hiciéramos con el modelo Marbella hubiéramos necesitado el 70% del total de la línea de costa mediterráneo de Barcelona a Tanger” y como mi “inglé” es muy malo no me ha quedado claro si se trata de una línea imaginaria Barcelona-Tánger o se trata de un recorridito por toda la costa mediterránea norte con salto gibraltareño incluido a la costa africana. Mejor me lo pone: Benidorm, Benidorm, Benidorm…

Ya saben, Benidorm es como la “Coca-Cola”, que le he oído siempre a Iribas: para todas las edades, divertida y chispeante y… combina bien con todo. Es más: Benidorm es como la tónica, que conocerla es amarla; que le solté yo una noche de copas.

Volviendo al premio, Elena sigue su exposición y mantiene que “Benidorm genera muchos beneficios con pocos recursos; Marbella es ocupación de temporada y requiere, incluso, por su expansión, mayor inversión”.

En Benidorm, concluye la arquitecto, “turistas y visitantes consumen los mismos espacios y recursos urbanos”: consumen Benidorm, que siempre hemos dicho por aquí. Es más; por ello, señala, “es capaz de adaptarse más fácilmente a los cambios y tendencias del mercado”. Pero una cuestión fundamental, mantengo e intuyo en el trabajo de la arquitecto, es que ambas, Benidorm y Marbella, “tienen su público” y eso las hace seguir siendo líderes de un tipo de vacaciones, independientemente de su impacto sobre el medio y la génesis del espacio turístico.

La idea final: ambas ciudades seguirán siendo líderes en su segmento “si se reinventan. Diversificar mercados y apostar por la sostenibilidad parece que son cuestiones claves. Y, desde luego -cosas de mi corazoncito-, Benidorm se sabe reinventar más.

Aunque no sé si mejor que Marbella o simplemente mejor que el propio Benidorm.




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