14 feb 2012

A VUELTAS CON LA CASA DEL MEDITERRÁNEO



Llevamos unos días que no veas con lo de la cuasi paralizada Casa del Mediterráneo. Hoy el Ayuntamiento de Benidorm, miembro del Consejo Rector, ha instado a que continúen las obras; no en balde las cuestiones para lo del “cambio climático y la sostenibilidad” deberían tener en Benidorm una de las subsedes. En Alicante ha habido alguna programación que se ha extendido a Benidorm y Jávea, pero puro folclore. A lo peor, es que va de eso.

Yo nunca he visto claro eso de la Casa del Mediterráneo porque para las cuestiones importantes de la Casa del Mediterráneo ya tenemos una institución de rango superior en este país, y con sede en Barcelona. Y si el engendro de Alicante-Benidorm-Jávea se va a quedar para traernos de vez en cuando a algún músico argelino… mejor, para las arcas del organismo que sea, que la dejen como un recortable.

He tirado de archivo y me he encontrado con esto que escribí un 22 de mayo de 2007, un ASTROLABIO que vio la luz en El Diario. Decía tal que así:

Como se puso de moda esto de las “casas de, se le planteó a Moratinos para Valencia, una Casa del Mediterráneo, vinculándola a la base de Bétera de la ONU; casa sí, pero con paredes caquis y adscrita a un papel de Estrategia y dentro de los conceptos que mantiene este organismo en conflictos, mucho más que en cuestiones de cooperación. Todo lo más, intendencia. Luego vino Rodríguez Zapatero y en tiempo de descuento (campaña electoral) propuso tal nombre, Casa del Mediterráneo, para una cosa a ubicar en Alicante. Pero, ¿de qué va la casa?

Se dice que servirá para desarrollar políticas de vecindad entre la UE y los países ribereños. Pero, ¿no tenemos ya la Asociación Euromediterránea para esos cometidos?

Si la cosa es crear un contenedor para filosofar, la casa puede irse a pique en nada. El Mediterráneo es un mar que de vez en cuando saca el genio y… hay Mar Mediterráneo, clima mediterráneo -variante del subtropical-, sabor mediterráneo y hasta canción de Serrat. Por haber, hay de todo. Incluso hay una Organización de Periodistas de Turismo del Mediterráneo, OMJET, que sólo ha servido para que medren los países de la ribera Sur y consigan alguna prebenda bajo la peregrina fórmula de hacer posible la coexistencia del turismo y las tradiciones (suyas), con el Medio Ambiente. Un rollo de trágalas que día a día aburre a los de la ribera Norte (Europa).

No veo la Casa del Mediterráneo por ningún lado, tal vez influido por cómo funciona la OMJET, y porque sé cómo se las gastan los del Gol Sur.

Europa tiene ya una línea de cooperación euromediterránea que se creó en Barcelona en 1995 -la Asociación Euromediterránea- y a la que se adhirieron Argelia, Chipre, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Malta, Marruecos, la Autoridad Nacional Palestina, Siria, Túnez y Turquía; Libia asiste como observador. Dinero y medios a punta pala, y ¿de qué ha servido?

Desde que la pidiera el presidente Camps en Valencia llevaba buscándole los tres pies al gato; ¿qué se pretende con la Casa del Mediterráneo? Ahora,  cuando el presidente Rodríguez la anunció -cosas de la campaña electoral- para Alicante, me puse en máxima alerta; ¿de qué va la cosa de la Casa del Mediterráneo?

Lo del Mediterráneo es mejor no meneallo; todo lo más, a dosis mínimas. Baste recordar que lo que consiguió el Mundo Helénico lo rompió el Islam y las posibilidades de enmendarlo quedan a años luz de lo que puedan cobijar las cuatro paredes de una casa, por grande que ésta sea.

Casi cinco años después y vito lo visto, ¡¡no me desdigo en nada!!




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