20 ago 2010

De fracaso en fracaso. Ni un atisbo de firmeza

Hay quien se me alegra de que las “tropas de combateUSA -un eufemismo más- abandonen Iraq. Allí se quedan aún 50.000 soldados con misiones “menores”. Los pavitontos, del género tontipavus, no captan que asistimos a un fracaso, que el problema es el integrismo islámico; que en Iraq, Nuri al-Maliki es presidente en funciones camino de seis meses porque allí no se ponen de acuerdo en nada; que el fundamentalismo islámico es el enemigo… que hoy es viernes y espero el teletipo de los atentados… y un montón de problemas más.

Aquí, aún estamos con lo de los totalitarismos fascistas, consecuencias de los problemas socioeconómicos en el ocaso de los “felices 20”, y aún vitoreamos el comunismo que, tan malo como el fascismo, lo único que hizo fue unirse a las democracias para vencerlos… y luego irrumpir, totalitario, hasta que el devenir de los tiempos le ha quitado la razón y los haya dejado maltrechos; aunque haya nostálgicos.

Ese integrismo-fundamentalismo islámico, reaccionario y trasnochado, no es ni racional ni moderado y es, exactamente, el mismo vector problemático de los totalitarismos que asolaron Europa, y exportamos a medio mundo, hace noventa y pocos años.

Los soldados USA salen de Iraq con el fracaso entre las piernas y muchas bolsas de plástico negro por delante. La inestabilidad del territorio es casi la misma. El éxito de una operación de este tipo es sacar un 10; un 9’9 es un fracaso, y estos chicos no han llegado al 5’5. En el conflicto contra el integrismo islámico, que nos afecta a todos, la penúltima batalla se libra en Afganistán… una vez abandonado Iraq.

¿Y la última batalla?

Cuentan los analistas que las pinzas del alacrán islamista están puestas sobre Europa en Turquía y Marruecos… y al-Andalus les mola un montón. Yo les escribo esto desde un territorio que llaman Sharq al-Andalus

Hoy en República, el general Alberto Piris se marca un artículo sensacional. Integrismo y Marruecos por medio, nos recuerda que “la principal baza que juega el autócrata marroquí” -llama así al sultancito que mañana cumple 47 tacos- estriba en que se nos presenta a la puerta occidental de la UE diciendo que él es la última baza frente a ese fundamentalismo. ¿Qué pasaría si un día un régimen islamista se apodera del Gobierno en Marruecos?, nos dice un día y otro… y a vivir del cuento y de la preguntita. Patente de corso que se autoarroga sobre España. Y, España, concluye el general Piris, debe “encontrar el obligado equilibrio entre firmeza y diplomacia que evite una peligrosa agravación del conflicto”. Yo, por mi parte, recalco la palabra “firmeza”, hasta ahora ausente. Y, ojo al dato -que diría García-, el indignante tratamiento que las mujeres policías españolas han sufrido en el conflicto que niega Moratinos es un indicativo de que la religión ya envenena el proceder marroquí. La religión y los intereses. Ayer, el iluminado Mounauim Chaoki -portavoz de los gamberros de la frontera-, lanzó la proclama, que no fatua/fatwa, de que “El PP es el mayor enemigo del mundo árabe”.

Pues... ¿Qué hace el CNI?... sigue manteniendo “antenas” vacías en el territorio magrebí. Las necesitamos todas activadas. Y si “despejamos” la zona de agentes -por la obsesión zapateril de llevarnos bien con el moro- y, como vemos, resulta que no sirve de nada, pues…

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