3 ago 2010

Menos parados... y menos nivel de renta real

Han salido las cifras del paro en julio (temporada alta del turismo y todo eso) y todos cantan victoria.

Yo no. No sé cantar.

En esta euforia propia del acontecimiento planetario del martes 3 de agosto, el ministro Corbacho ya ha relativizado el impacto del turismo y ha señalado “otras fortalezas”, sin decir cuales. Ha dicho que “ha sido una caída ‘transversal’ del desempleo”. Lo de la transversabilidad es algo que no veo. Y sí que veo que no vendemos ni un coche, ni un piso, ni un pimiento… ahí están las estadísticas.

Grave es, considero, que las prestaciones por desempleo de junio (con “n”) fueran un 1’2% más altas que las del junio anterior, lo que evidencia que la cosa está mal. En total salieron de Caja 2.583 millones €; ahí en nada. Y eso que sólo alcanzan al 78’30% de los desempleados.

Pero lo más grave es que la renta real ha caído un 3’1% en un año, lo que condiciona, aún más, la recuperación del consumo. A esa caída de real de renta, para saber lo mal que está la cosa, súmele Ud. la subida del IVA…

Si cruzamos el dato del IPC con el de los salarios vemos que, nos hacemos cruces, se han perdido seis décimas de poder adquisitivo respecto a 2009… y esto no refleja el real deterioro de la situación. El consumo de las familias también se refleja en el PIB y tal como está tardará en sumar algo positivo.

Y si aquí tenemos la cosa chunga, diga lo que diga el optimista de turno del Gobierno -que no será más que un iluso idealista-, la economía global no anda mejor. Es cierto que muestra una cierta tendencia a la recuperación, pero estamos pendientes de si se estanca el consumo de los yankees, como se presume, de si la eurozona, lastrada por los PIGS -especialmente por Grecia-, responde a algún estímulo de los miles que le están dando, y de si Asia, y sus mercados, están afectados por un grave problema de inflación, que afectaría hasta a China.

Así las cosas, entiendo que estemos preocupados por si a finales de siglo Sevilla será como Tucson y Berlín como Salamanca.

Todo evidencia pesimismo. Soy pesimista… un pesimista es un optimista bien informado.

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