Eso me ha llevado a reflexionar sobre la situación en España con casi 6 millones de inmigrantes (12’3% de la población) y la crisis galopante zapateriaza. Ya lo contó en su día Juan Velarde, la cosa está cambiando, vamos para atrás, y es muy posible que en este mismo año de 2011 comencemos a perder población, algo que no sucedía desde la Guerra Civil… y eso no va a ayudar a la recuperación. Entre julio de 2009 y diciembre de 2010 más de la mitad de las provincias españolas han perdido población. Nos hemos muerto más los españoles, han nacido menos niños y se están marchando los inmigrantes. No se crean que no es un grave problema.
Necesitamos 250.000 nuevos españoles cada año para mantener la estructura ésta que nos hemos dado y mientras estemos en 1’4 hijos por mujer (lejos del 2’1 de reemplazo generacional), vamos dados. Ya lo saben, vamos camino de ser un país de viejos y eso afecta al consumo, a la productividad y a la competitividad. Estamos en fase de lento suicidio demográfico. Necesitamos gente nueva y tal como está el parque la cosa no está por procrear, lo que nos pasará factura, y si no hay trabajo para nosotros, ¿cómo vamos a atraer inmigrantes?. A día de hoy, necesitamos entre 9 y 12 millones de niños y jóvenes para que esto avance. ¿Duro, verdad?
Nosotros, entre 1999 y 2009 pasamos de 40 a 47 millones de españolitos, pero gracias a la inmigración, porque lo de traer niños al mundo parece que no es progresista. La crisis ha hecho estragos y este año empezaremos a descalabrarnos.
Cuando ZP llegó al Gobierno, en 2004, estábamos 1’67 millones de inmigrantes; acabando 2010 la cosa estaba ya en los 5’7 millones; vamos que seis años acudieron 4 millones de inmigrantes a la llamada española. La cosa no es crecer de la manera desaforada que propició el Gobierno. Y ahora, encima, los perdemos.
Por cierto, el 30’4% de los inmigrantes “legales” está en el paro; ¿qué tipo de país puede aguantar eso? Los inmigrantes consumen servicios que nadie repone.
Un último apunte: la cifra de los 5’7 millones se las trae. Nadie sabe a ciencia cierta si es verdad; nadie sabe cuántos inmigrantes legales e ilegales hay en España. Lo que sí sabemos es que 4’74 millones de inmigrantes tenían tarjeta de residencia cuando la EPA del segundo trimestre de 2010 y “consideramos”, en un alarde de inteligencia, que hay “un millón” más de ilegales.
Así, 4’74 + 1 = 5’74
Pero, ¿la cifra de ilegales es de un millón?; ¿son más o menos? El caso es que se están yendo y esto no pulula. El INE tarda 2 años en detectar desfases estadísticos y las cifras de inmigrantes en el padrón están muy fuera de la realidad. Ahora lo vamos a ver en el censo con lo que puedan votar.
Estamos ante 2011 y resulta que ahora vienen menos y se van más. Pero nuestra maltrecha economía necesita que se rompa la tendencia. Es más; necesitamos que vengan los perfiles de inmigrantes más adecuados a la situación de futuro. ¿Seremos capaces de lograrlo? A partir de ahora, para la recuperación, no vale cualquiera.
En fin, que necesitamos niños, jóvenes y adultos de menos de 40 años. Ni los españoles nos animamos, ni los que llegan entran en los objetivos para que se puedan quedar.
Un mal final éste. Crisis -Crisis, what crisis?, que decía Supertramp- haberla, hayla; pero a Gran Bretaña siguen llegando, lo que es un problema: 21.700 por año desde abril de 2011. Aquí, el problema, es cómo nos llegan. La formación profesional se hace cada vez más imprescindible… porque los necesitamos.
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